TEMA
15: EL SEXENIO DEMOCRÁTICO O REVOLUCIONARIO (1868-1874).
Se
denomina Sexenio Democrático al
período comprendido entre la Revolución
de 1868 (la “Gloriosa”) que supuso la caída de Isabel II, y la restauración de la monarquía borbónica en
la persona de Alfonso XII en 1874. Durante este período se sucedieron
diferentes regímenes y gobiernos: un
gobierno provisional, una regencia (general Serrano), una monarquía (Amadeo de
Saboya), una república y un gobierno autoritario (general Serrano). Hay que
considerar esta etapa como otra más en el proceso de consolidación del régimen
liberal. Se intentó instaurar un sistema liberal democrático que fracasó por
diversas razones: Tercera Guerra Carlista, insurrecciones populares, guerra de
Cuba, movimiento cantonal, etc.
- LA
REVOLUCIÓN DE 1868.
Las causas de la Revolución de 1868 son
diversas y hay que buscarlas los últimos años del reinado de Isabel II.
- Causas económicas. La
situación económica era muy difícil desde 1864, ya que se superponen la
crisis de la industria textil catalana; la de la construcción ferroviaria;
la de la Bolsa, que provocó la quiebra de muchas sociedades de crédito; la
crisis de la Hacienda Pública, y una crisis de subsistencias por las malas
cosechas (1866 y 1867). Esta situación provocó un gran descontento en
todos los sectores sociales: burguesía industrial y financiera,
terratenientes, grupos populares, etc.
- Causas políticas. Los gobiernos
conservadores de Narváez y O’Donnell se habían caracterizado por
desarrollar una política orientada al mantenimiento del orden, reprimiendo
violentamente cualquier intento de crítica del mismo. Pero la
situación política era insostenible. Demócratas
y progresistas habían firmado en 1866
el Pacto de Ostende (con los objetivos de acabar con la monarquía
de Isabel II y establecer un sistema político más democrático), a ellos se
unieron los unionistas en 1868.
La revolución se inició el 17 de septiembre de 1868 con el
pronunciamiento del almirante Topete,
jefe de la Armada de Cádiz, al que se unieron los generales Prim, Serrano
y otros jefes militares. Las tropas gubernamentales fueron derrotadas por
Serrano en la batalla de Alcolea el 28
de septiembre. El 29 de septiembre Isabel II, que se hallaba de vacaciones
en San Sebastián, marchó al exilio.
La revolución fue un pronunciamiento de tipo
clásico en principio. Posteriormente, adquirió un carácter popular porque
demócratas y progresistas formaron Juntas
Locales y Provinciales, que entregaron armas a la población y organizaron a los
Voluntarios de la Libertad. Las Juntas presentaban un programa
revolucionario que recogía las principales reivindicaciones populares: abolición de las quintas y del impuesto de
consumos, establecimiento del
sufragio universal, configuración de
un régimen de libertades, etc.
- EL
GOBIERNO PROVISIONAL, LA CONSTITUCIÓN DE 1869 Y LA REGENCIA DE SERRANO
(1868-1870).
El 8 de octubre se constituyó un gobierno provisional, integrado por
progresistas y unionistas. Este gobierno fue presidido por Serrano y
formaban parte de él algunos de los principales líderes de la revolución: Prim
(ministro de la Guerra, Sagasta (ministro de Gobernación), etc.
El gobierno provisional adoptó medidas para
asegurarse el control del país y convocó elecciones a Cortes Constituyentes
mediante sufragio universal masculino para mayores de 25 años.
Durante
la campaña electoral se planteó el
problema sobre la forma de Estado, Monarquía o República. Los unionistas y los progresistas se mostraban
partidarios de una monarquía democrática, mientras que los demócratas se dividieron en dos tendencias:
- Los promonárquicos. Publicaron el Manifiesto
de los Cimbrios, en el que
se mostraban partidarios de la Monarquía democrática con sufragio
universal (Cristino Martos, Manuel Becerra).
- Los republicanos (Castelar, Figueras, Garrido).
Los resultados electorales significaron el
triunfo de la Monarquía como forma de
Estado.
La
Constitución fue aprobada el 1 de junio
de 1869. Consta de 112 artículos. Es la primera Constitución democrática de
España y la más progresista del constitucionalismo del siglo XIX. Características:
- Soberanía nacional, que se manifiesta en el
establecimiento del sufragio universal.
- Establecimiento de la Monarquía como forma de Estado.
Es una monarquía democrática porque la Corona tiene limitadas sus
competencias.
- Sufragio universal masculino para los mayores de
25 años.
- División radical de poderes:
- El poder legislativo reside en las Cortes, que
son bicamerales, Congreso y Senado. El Senado se convierte en una cámara
electiva, aunque sigue manteniendo su carácter conservador porque sólo
pueden ser elegidos determinadas categorías sociales. Se reconoce a las
Cortes el derecho de censura al gobierno, es decir, las Cortes pueden controlar
las decisiones del ejecutivo.
- El poder ejecutivo recae en los ministros
(Consejo de Ministros), que responden de su labor ante las Cortes.
- El poder judicial reside en jueces
independientes.
- Amplia declaración de derechos y libertades:
libertad, inviolabilidad del domicilio, derecho al voto, libertad de
expresión, de enseñanza, de residencia, de reunión y asociación. Una de
las principales novedades de la Constitución es el reconocimiento de derechos
colectivos como el de asociación y el de reunión. Su concreción es alta
para evitar que sean desarrollados por leyes posteriores, que supongan una
limitación de los mismos. Se hace más hincapié en los derechos
individuales que en los colectivos.
- Descentralización administrativa: Ayuntamientos y
Diputaciones elegidos por los vecinos.
- Aprobación de la libertad de cultos, aunque el
Estado se comprometía a mantener el culto y el clero católicos.
Aprobada la Constitución, Serrano fue
elegido regente y Prim se convirtió
en jefe de gobierno. Los principales objetivos de este gobierno fueron:
o
La aprobación
de leyes que desarrollaran el
contenido de la Constitución: Ley de
Orden Público, Ley electoral, Ley de Enjuiciamiento Criminal (que
desarrolló por vez primera el jurado), Ley
del Matrimonio Civil... Esta última
provocó una fuerte oposición de la Iglesia.
o
En el plano
económico el ministro Laureano Figuerola
realizó una profunda reforma de la Hacienda, de los aranceles y del sistema
monetario. En 1869 se aprobó el arancel
Figuerola que consistía en la reducción
progresiva de las tarifas aduaneras en un plazo de seis años, hasta que fueran
el 15% del valor de 1868. Esta medida supuso
la adopción del librecambio y contó con la oposición abierta de la burguesía
industrial, especialmente de la catalana. En 1868 se había realizado una reforma
del sistema monetario: la peseta se convierte en la nueva unidad monetaria, el
Banco de España tiene la facultad exclusiva de emitir moneda, etc.
o
La búsqueda de
un nuevo rey. Se intentaba buscar una
persona de prestigio, de sangre real, que no fuera un Borbón, y que contara con
el respaldo internacional y de las Cortes. Los candidatos fueron el portugués Fernando
de Coburgo; el duque de
Montpensier; el alemán Leopoldo de Hohenzollern; y el italiano Amadeo
de Saboya, hijo del rey de Italia Víctor Manuel. Este último fue apoyado
con Prim, y el 16 de noviembre de 1869
su candidatura fue votada en las Cortes y respaldada por 191 votos favorables
frente a 91 en contra.
Los principales problemas del período fueron:
- Revueltas urbanas y campesinas. Se produjeron por causas diversas como las
malas cosechas, la pérdida de confianza en los políticos que habían
realizado la revolución, el sistema de reclutamiento militar, etc. El
sistema de reclutamiento se basaba en las quintas, que consistía en
un sorteo por el que de cada cinco mozos aptos para el servicio militar,
uno es reclutado, existiendo la posibilidad de redimirse si se paga una
determinada cantidad de dinero. Por ello, el sistema perjudicaba a las
clases populares. En algunos casos, estas revueltas fueron dirigidas por
los republicanos más radicales
(federalistas) y algunos sectores del movimiento obrero.
- El estallido de la insurrección de Cuba. En la isla había surgido un movimiento nacionalista fomentado por
la burguesía criolla, y respaldado por
los Estados Unidos. En octubre de 1868 una Junta revolucionaria,
presidida por el coronel Céspedes, inició la sublevación contra el
gobierno colonial (“Grito de Yara”). La guerra (llamada “guerra larga” o de los diez años) no pudo ser detenida
pese a las promesas incluidas en la Constitución de 1869 y la política
moderada desarrollada por el general Dulce, enviado por el gobierno
español. La guerra finalizó en 1878
y tuvo importantes repercusiones económicas y sociales en España.
- LA
MONARQUÍA DE AMADEO DE SABOYA (1871-1873).
Es
el primer intento de establecer una
monarquía democrática en España, que fue
un completo fracaso. Las causas son diversas:
- Carácter
del rey. Era una persona tímida,
con dificultades para expresarse en español, por lo tanto, no conectó con
el pueblo.
- La ausencia de Prim, su principal apoyo. Prim
fue asesinado el 27 de diciembre de
1870, tres días antes de la llegada de Amadeo a España. Su asesinato
condicionó la evolución política posterior.
- La indiferencia
o la oposición de la mayor parte del país:
a)
La aristocracia y los terratenientes que
identificaban la monarquía democrática con la destrucción del orden social y de
la propiedad privada.
b)
La burguesía industrial, contraria a la
política librecambista.
Estos grupos eran alfonsinos, es decir,
partidarios de que Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II, se
convirtiera en rey de España. Así, se empezó a
constituir un partido alfonsino, organizado por Cánovas del
Castillo.
c)
La Iglesia.
Su oposición se debía a la política desarrollada por su padre (anexión a Italia
de los Estados de la Iglesia en 1870). Además, gran parte del bajo clero
apoyaba al carlismo.
d)
Los carlistas.
La elección de Amadeo puso fin a las esperanzas carlistas de que el
pretendiente carlista (Carlos VII) se convirtiera en rey de España. En 1872 iniciaron una nueva guerra, la Tercera Guerra Carlista.
e)
Los republicanos que, aunque divididos internamente (unitarios, federalistas),
protagonizaron diversas intentonas para acabar con la Monarquía de Amadeo I.
La Monarquía de Amadeo de Saboya tuvo que
hacer frente a diversos problemas:
- Inestabilidad política. Durante este período, se suceden seis gobiernos
y se realizaron tres procesos electorales.
- División
del progresismo en dos grupos: los constitucionalistas, dirigidos
por Sagasta y partidarios de una política conservadora.; y los
radicales, liderados por Ruiz Zorrilla, partidarios de
desarrollar hasta sus últimas consecuencias el sistema democrático.
- Agravamiento
de la guerra de Cuba a partir de1872.
- La
Tercera Guerra Carlista.
- El auge
del movimiento obrero que se produjo tras los sucesos de la Comuna de
París (1871). Estos hechos provocaron temor entre las clases medias y
altas, y se intentó la prohibición de la A.I.T. y de las organizaciones
obreras.
El 11
de febrero de 1873 Amadeo de Saboya presentó su abdicación a las Cortes,
que fue aceptada. La razón fue la presión ejercida por Ruiz Zorrilla, jefe de
gobierno, para que firmase un decreto de disolución del Cuerpo de Artillería.
El rey se vio obligado a firmarlo, pero inmediatamente presentó su abdicación.
- LA
PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874).
El mismo de día de la abdicación de Amadeo
de Saboya se proclamó la Primera
República española. Su instauración fue fruto del compromiso entre
monárquicos radicales y republicanos para cubrir el vacío de poder que se había
producido tras la renuncia de Amadeo de Saboya. Fue un régimen que contó con escaso apoyo social porque el proletariado se
sentía más atraído por el mensaje anarquista. Además, tuvo importantes
enemigos como la burguesía industrial y financiera, el Ejército y la Iglesia.
- La República federal (1873).
Los dirigentes políticos más relevantes que
desempeñaron la presidencia del gobierno sucesivamente fueron: Figueras,
Pi y Margall (intelectual y teórico del federalismo), Salmerón
(catedrático de Filosofía, dimitió por motivos morales al negarse a firmar las
penas de muerte para dos cantonalistas propuestas por las autoridades
militares) y Castelar (catedrático de Historia de España, que representaba
la corriente más conservadora del republicanismo). Las medidas adoptadas por
los gobiernos republicanos durante 1873 fueron de sociales, populares y
democratizadoras:
- Supresión
del impuesto de consumos, medida
desastrosa para la Hacienda estatal, porque ese impuesto era una de las
principales fuentes de ingresos.
- Eliminación
de las quintas y creación de un
nuevo ejército formado exclusivamente por voluntarios a sueldo. Esta
medida fue de corta duración, porque supuso un debilitamiento del Ejército
en un contexto bélico.
- Se reduce la edad para ejercer el derecho a voto a los 21 años.
- Separación
de Iglesia y Estado, la
República dejó de subvencionar económicamente a la Iglesia católica.
- Regulación
del trabajo infantil, prohibiendo trabajar a los menores de
diez años en minas y fábricas.
- Abolición
de la esclavitud en la colonia española de Puerto Rico.
- Elaboración de
un proyecto constitucional en 1873 para convertir España en una
República federal, proyecto que nunca llegó a entrar en vigor. El texto constitucional
establecía una República federal compuesta de 17 Estados y varios
territorios de ultramar, cada uno de los cuales podía tener su propia
Constitución. El poder legislativo era ejercido por dos Cámaras de
elección popular, el Congreso (con plenos poderes legislativos) y el
Senado (formada por cuatro representantes de cada Estado).
La Constitución, influida por la
estadounidense, daba amplios poderes al Presidente, que ejercía el llamado
poder de relación entre los otros poderes y entre los Estados federados. La
Constitución incluía una declaración de derechos similar a la de 1869.
Los principales problemas
del período fueron los siguientes:
- La Tercera Guerra Carlista. El conflicto se había iniciado unos meses antes
de proclamarse la I República. El pretendiente
carlista era Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro. El carlismo
encontró importantes apoyos en las
zonas rurales vasconavarras, en Aragón, Cataluña, Castilla y en la región
levantina. Obtuvieron algunos éxitos militares, y Carlos VII constituyó
un gobierno formal con capital en Estella (Navarra). Fueron derrotados en 1876, poniendo fin al último intento de tomar
el poder a través de las armas.
- Las sublevaciones cantonales. El cantonalismo era un movimiento político que pretendía dividir las diversas
zonas de España en Estados soberanos (cantones). Sus influencias
políticas procedían del republicanismo más radical y del movimiento
obrero. La sublevación cantonal
estalló en julio de 1873 cuando Cartagena se constituyó en cantón y
declaró la guerra al gobierno central. Posteriormente, el movimiento
cantonalista se extendió por numerosos pueblos y ciudades de Valencia,
Andalucía, Castilla y Murcia. El movimiento cantonalista acabó por la
intervención militar.
- Las conspiraciones militares alfonsinas. Isabel II había cedido los derechos al trono de
España a su hijo Alfonso. Ambos vivían exiliados en el extranjero. El
Ejército deseaba la restauración borbónica mediante un pronunciamiento
militar, intentándolo sin éxito en dos ocasiones tras la proclamación de
la República.
- Continuación de la guerra de Cuba.
- La República autoritaria (1874).
La primera fase de la República finalizó el 3 de enero de 1874 cuando
el general Pavía entra en el
Congreso y lo disuelve. Tras este pronunciamiento, el general Serrano presidió el gobierno con plenos poderes, suspendió
la Constitución de 1869 y disolvió las Cortes. Esto significaba de hecho el
fin de la I República, aunque nominalmente se mantuviera durante ese año.
Durante este período se puso en práctica una política autoritaria, que tenía
tres objetivos: acabar con los últimos focos de resistencia cantonalista; hacer frente a los carlistas en el norte; y
lograr el control del país. Además, los alfonsinos, dirigidos por Cánovas del
Castillo, ganan adeptos entre la burguesía y las clases medias.
El 1
de diciembre de 1874 Alfonso XII firmaba el Manifiesto de Sandhurst, en el que el futuro rey garantizaba
una monarquía dialogante, constitucional y democrática, y el compromiso de
respetar parte de los progresos políticos del Sexenio. Con este manifiesto,
Canovas preparaba la vuelta de la Monarquía de manera pacífica y sin
intervención militar. Sin embargo, el 29
de diciembre el general Martínez Campos, a través de un pronunciamiento en Sagunto, proclamó a Alfonso XII rey de España.
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