jueves, 22 de septiembre de 2011

Tema 3. La España musulmana


TEMA 3: LA ESPAÑA MUSULMANA.



1.      EVOLUCIÓN HISTÓRICA (711-1492).

1.1)            La conquista y el Emirato Dependiente de Damasco (711-756).

1.2)            El Emirato Independiente de Córdoba (756-929).

1.3)            El Califato de Córdoba (929-1031).

1.4)            La decadencia (1031-1492).

2.      LA ESTRUCTURA SOCIAL.

3.      LA ECONOMÍA.

4.      EL LEGADO CULTURAL.



1)      EVOLUCIÓN HISTÓRICA (711-1492).



1.1)            La conquista y el Emirato Dependiente de Damasco (711-756).



   La presencia musulmana en el norte de África se remonta al siglo VII. Durante ese siglo, el Islam se expandió rápidamente a través de Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos. Estas regiones se convirtieron en emiratos, es decir, provincias dependientes del Califato de Damasco.

   La llegada de los musulmanes a la península se relaciona con las luchas internas provocadas tras la elección de don Rodrigo como rey. En el año 711, Tarik (lugarteniente de Muza, gobernador de Tunicia) cruzó el Estrecho de Gibraltar al mando de un ejército formado por bereberes (población islamizada del norte de África). Este ejército derrotó a los visigodos en la Batalla del río Guadalete. En el año 712, Muza llegó a la península con un ejército formado por árabes, iniciando la ocupación de la mayor parte del territorio peninsular. En la mayoría de los casos, la ocupación no fue militar sino que se realizó a través de las capitulaciones: pactos entre los musulmanes y la población local. Los musulmanes se comprometían a respetar la propiedad, la libertad y la religión de la población local, a cambio del pago de tributos o impuestos. En el año 718, los musulmanes controlaban  al-Andalus, nombre con el que sería conocido el territorio peninsular dominado por ellos.

   Desde la península, los musulmanes intentaron la penetración en el sur de Francia, pero su avance fue frenado tras su derrota frente a los francos en la Batalla de Poitiers (732).

   Al-Andalus se constituyó como un emirato (provincia dependiente) del Califato de Damasco. La característica fundamental de este período fue el constante enfrentamiento entre los musulmanes debido a la ocupación de tierras. En general, los árabes se hicieron con el control de las tierras más fértiles.



1.2)            El Emirato Independiente de Córdoba (756-929).



   En el año 750, los Abbasíes provocaron la matanza de la familia Omeya que, hasta ese momento, habían controlado el Califato. Un miembro de esta familia, Abderramán, logró huir y llegó a al-Andalus, y estableció el Emirato Independiente de Córdoba en el 756. El Emirato se declara independiente del Califato desde el punto de vista político, no en el plano religioso ya que sigue dependiendo del Califa de Bagdad.

   Abderramán I estableció una nueva organización política con el fin de consolidar la independencia de al-Andalus. Esta organización supuso la concentración de todos los poderes del Estado (administrativos, judiciales, militares…) en su persona. El Emirato se caracterizó por las frecuentes rebeliones de distintos grupos. A finales del siglo IX y durante el primer tercio del siglo X, se sucedieron rebeliones protagonizadas por los muladíes (cristianos convertidos al Islam) y por los mozárabes (cristianos que vivían en territorio musulmán).





1.3)            El Califato de Córdoba (929-1031).



   Abderramán III (912-961) puso fin a la crisis del siglo IX. Logró la pacificación interna (fin de las diversas rebeliones) y frenó el avance de los reinos cristianos del norte. Bajo su reinado, al-Andalus vivió su etapa más brillante. En el año 929, Abderramán III se autoproclamó califa (príncipe de los creyentes), lo que significaba la independencia religiosa del Califato de Bagdad. Abderramán III estableció una nueva estructura político-administrativa.

   La administración central incluía los siguientes elementos:

  • Califa. Concentra todos los poderes (religioso, judicial, militar, político, etc.) en su persona.
  • Hachib. Hombre de confianza del Califa en el que delegaba muchos asuntos de gobierno (primer ministro).
  • Visires. Consejeros que ayudaban al Califa en las tareas administrativas y gubernamentales (ministros)
  • La administración central se sostenía en un importante cuerpo de funcionarios, en el ejército y en el sistema impositivo. Los impuestos más importantes eran la sadaqa o limosna legal (pagada por los musulmanes), la chizia (impuesto personal en metálico, pagado por los no musulmanes) y el jarach (impuesto territorial en especie, pagado por los no musulmanes).



    La administración provincial. La península estaba dividida en coras o provincias, dirigidas por un gobernador (wali). Las provincias fronterizas (Toledo, Mérida y Zaragoza) se denominaban marcas, dirigidas por un tugur y estaban sometidas al régimen militar.

   La justicia era administrada por el Califa, pero delegaba esta función en los cadíes o jueces. Éstos juzgaban según las normas contenidas en El Corán. El cadí más importante era el de Córdoba, porque vigilaba que el Califa no se apartara de los principios religiosos del Islam.

    Una figura política destacada durante esta etapa fue Almanzor (hachib de Hixem II,  976). Almanzor estableció una dictadura militar y se apoyó en los bereberes para mantenerse en el poder. Realizó grandes campañas militares contra los núcleos cristianos: León, Zamora, Coimbra, etc., aunque la más importante fue la destrucción de Santiago de Compostela (997). En el año 1002, se produjo la muerte de Almanzor, iniciándose un período de gran inestabilidad política que condujo a la desaparición del Califato en el año 1031.   



1.4)            La decadencia (1031-1492).



   La desaparición del Califato (1031) tuvo dos consecuencias importantes. En primer lugar, se produjo un giro histórico ya que los reinos cristianos consiguen la hegemonía militar y política. En segundo lugar, el territorio bajo control musulmán se va reduciendo progresivamente.

   La España musulmana se dividió en reinos independientes que reciben el nombre de reinos taifas. Su creación fue apoyada por los reinos cristianos porque cobraban parias, es decir, tributos a cambio del mantenimiento de la paz. Los reinos taifas se dividen en tres grupos según el origen racial de sus fundadores:

  • Taifas árabes. Toledo, Sevilla, Zaragoza, Badajoz…
  • Taifas bereberes. Granada, Málaga…
  • Taifas eslavos. Valencia, Almería, Murcia…

   En el año 1085, Alfonso VI, rey de Castilla y León, conquistó la ciudad de Toledo. Este hecho provocó que el rey de Sevilla, Al-Motamid, solicitara la ayuda de los almorávides para frenar el avance cristiano. Los almorávides eran nómadas del Sáhara que habían formado un imperio en el norte de África en el siglo XI, y se caracterizaban por su integrismo religioso. Los almorávides derrotaron a los castellanos en la Batalla de Sagrajas (1086) y reunificaron los reinos taifas, convirtiendo a al-Andalus en una provincia más de su imperio. El dominio almorávide fue breve por dos razones. En primer lugar, por su intolerancia religiosa que provocó el descontento de la población hispano-andalusí, y en segundo lugar, por la recuperación militar cristiana. El resultado fue la aparición de nuevos reinos taifas que fueron reagrupados de nuevo por los almohades (1172). Los almohades realizaron diversas campañas militares contra los reinos cristianos, pero fueron derrotados por una coalición cristiana en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). Tras la derrota almohade, el territorio musulmán se dividió en nuevos reinos taifas.

   El último reducto musulmán fue el reino nazarí o nazarita de Granada (1232-1492). Este reino ocupó las actuales provincias de Granada, Almería y Málaga. El creador, Muhammad Ibn Nasr, pactó con el reino de Castilla (Fernando III) el mantenimiento de la independencia a cambio de tributos. Este reino fue conquistado por los Reyes Católicos en el año 1492

  

2)      LA ESTRUCTURA SOCIAL.



   La población de al-Andalus era muy heterogénea porque estaba formada por diversos grupos étnicos. La religión era el elemento principal de diferenciación social. Existían dos grandes grupos:

o   Población musulmana.

§  Elementos alógenos o extranjeros.



Ø  Árabes. Grupo minoritario y dominante. Tenían el poder económico y el control político.

Ø  Bereberes. Grupo musulmán más numeroso, procedentes del norte de África. Enfrentados a los árabes, participaron en numerosas revueltas contra ellos.

Ø  Negros. Población procedente de Sudán. Grupo minoritario. Eran esclavos y se dedicaban a tareas militares (guardias personales de los califas).

Ø  Eslavos. Esclavos de origen europeo. Número elevado. Mucho de ellos consiguieron su manumisión y ascendieron socialmente.

§  Elementos autóctonos.



Ø  Muladíes. Hispanos convertidos al Islam. Obtenían ventajas sociales y económicas. Protagonizaron frecuentes revueltas.

o   Población no  musulmana.



Ø  Mozárabes. Cristianos que vivían en territorio musulmán.

Ø  Judíos.

      Los musulmanes eran tolerantes con estos grupos porque practicaban religiones cercanas a la suya (“gentes del Libro”). Eran dimníes (protegidos). A cambio de conservar su religión y propiedades, pagaban dos clases de impuestos directos: el jarach y la chizia.





3)      LA ECONOMÍA.



   Era una economía urbana y comercial frente a la economía agrícola y rural de la España cristiana.

   En el sector agrario, los musulmanes introdujeron nuevos cultivos como la caña de azúcar, el algodón, el azafrán, los agrios, el arroz, etc. Perfeccionaron los sistemas de regadío mediante el desarrollo de procedimientos de extracción de agua como las norias y la construcción de amplias redes de acequias. Desarrollaron una agricultura de regadío en los valles de los ríos Guadiana, Guadalquivir, Segura, Turia, Júcar, Jalón, etc.

   El comercio y la artesanía, actividades económicas típicas de las ciudades, tuvieron una gran importancia. La producción artesanal se centró en la cerámica, los metales, el papel, el vidrio, los textiles, la seda, etc. Los artesanos se agrupaban por oficios y eran dirigidos por el amín (hombre bueno).

   El desarrollo comercial se basó en la existencia de dos monedas, el dinar (oro) y el dirham (plata). Los intercambios comerciales internos se realizaban en el zoco, y existía una reglamentación minuciosa de precios, pesos, calidad del producto, etc.

   El comercio exterior se beneficiaba de la situación geográfica de la península Ibérica. Al-Andalus comerciaban con Europa (metales, esclavos, armas, pieles), Oriente (especias, objetos de lujo), y África (oro y esclavos).





4) EL LEGADO CULTURAL.



   El Califato fue una etapa de gran esplendor cultural. Córdoba fue un centro cultural de gran influencia en toda Europa. Sin embargo, el "siglo de oro" de la cultura islámica fue el siglo XI. La España musulmana se convirtió en el puente para difundir la cultura clásica (grecorromana) a toda Europa, gracias a los contactos del Islam con Bizancio. Las figuras científicas e intelectuales más destacadas fueron:

· Maslama de Madrid (matemático), traductor y comentarista de la obra de Ptolomeo.

· Azarquiel (astrónomo), autor de obras sobre los movimientos estelares.

· Averroes (médico y filósofo), transmisor de la obra de Aristóteles.

· Maimónides, médico de gran prestigio.

· Al-Zahraui (cirujano), su obra fue utilizada como manual en las universidades europeas de la Edad Media.

· Ibn Wafid (agrónomo), influyó en las obras castella­nas sobre agricultura hasta el siglo XVI.

   En el campo de la literatura, aparecen  el zéjel y la jarcha.




No hay comentarios:

Publicar un comentario