miércoles, 21 de septiembre de 2011

Historia de España. Desde la Prehistoria hasta el siglo XVIII


TEMA 2: La Prehistoria, la Hispania romana y la monarquía visigoda.



a)      La Prehistoria.

·         Paleolítico.

·         Mesolítico o Epipaleolítico.

·         Neolítico.

·         La Edad de los Metales.

b)     Las colonizaciones.

c)      Los pueblos prerromanos en la Península Ibérica.

d)     La Hispania romana

·         Conquista.

·         La romanización.

·         La organización política.

·         Estructura social.

·         Economía.

·         La crisis del siglo III.

e)      La Hispania visigoda.

·         Formación del reino de Toledo.

·         La organización política.

·         Sociedad y economía.



a)      LA PREHISTORIA.



  • PALEOLÍTICO (800000 a.C-10000 a.C)



   Paleolítico significa antigua edad de piedra.  El concepto hace referencia a la técnica lítica empleada, la piedra tallada. Este período se divide en tres etapas: Paleolítico inferior (800000-100000 a.C), Paleolítico medio (100000-35000 a.C) y Paleolítico superior (35000-10000 a.C). Las características generales de este período son las siguientes:



  • Evolución biológica del hombre. Se alcanzan los rasgos físicos actuales y se desarrollan las capacidades intelectuales de los seres humanos. Los homínidos descubiertos en la península Ibérica son el Homo antecessor (800000 años, restos hallados en el yacimiento burgalés de Atapuerca, uno de los principales yacimientos de fósiles humanos del mundo), Homo heidelbergensis (300000 años, Atapuerca), Homo sapiens neanderthalensis (100000 años, Atapuerca, Granada, Gerona, Gibraltar) y Homo sapiens sapiens (35000 años, numerosos yacimientos en toda la Península).



  • Predominio de una economía depredadora. El hombre no es capaz de producir los alimentos que consume, es decir, caza, pesca y recolecta frutos, plantas, etc. Por ello, los seres humanos eran nómadas, los asentamientos eran estacionales y se situaban en cuevas o en las riberas de los ríos.



  • Evolución cultural. Se observa en los cambios de la técnicas líticas (se pasa de la técnica de lascas a la de hojas). Los útiles son más variados: puntas de flechas, raederas, cuchillos, buriles, etc. En el Paleolítico superior, hay una mayor abundancia de objetos de madera y hueso. Otros indicadores de la evolución cultural son la aparición del fuego, los ritos religiosos, los enterramientos, el lenguaje, etc.



  • Importantes manifestaciones artísticas, especialmente en la región cantábrica. Destaca la pintura rupestre caracterizada por su policromía, el realismo, la representación de figuras aisladas (preferentemente de animales), el aprovechamiento de los salientes y entrantes de las paredes para dar volumen a las figuras, etc. Algunos yacimientos son Altamira, el Castillo, Tito Bustillo, etc.



  • MESOLÍTICO O EPIPALEOLÍTICO (10000 a.C-5500 a.C).



Mesolítico: el concepto hace referencia a las culturas en proceso de neolitización.

Epipaleolítico: culturas que manifiestan una continuidad con los cazadores-recolectores del Paleolítico.  

Las características más destacadas de esta etapa son las siguientes:



·         Cambio climático. El clima se hace más cálido, lo que supone el desplazamiento hacia el norte de animales objeto de caza durante el Paleolítico. Por ello, la pesca adquiere una gran importancia y los principales yacimientos se localizan en la costa (por ejemplo, la cultura asturiense en el Cantábrico) o en la proximidad de los ríos.

·         Microlitismo. Útiles de piedra de escasas dimensiones, lo que demuestra un mayor desarrollo técnico

·         Pintura rupestre. Los principales yacimientos se localizan en el Levante peninsular. Aparecen al aire libre (abrigos naturales), las pinturas son monocromas (rojo y negro), hay predominio del esquematismo, las figuras forman escenas, es frecuente la representación de la figura humana, y hay una jerarquización de las figuras. Ejemplos son Valltorta (Castellón) o Cogull (Lérida).



  • NEOLÍTICO (5500-2500 a.C)



Neolítico: significa nueva piedra, es decir, el concepto hace referencia a la técnica del trabajo de la piedra, la pulimentación, frente a la piedra tallada característica del período anterior.

   Lo más importante del período es el cambio socioeconómico debido a la aparición de la economía productora (agricultura y ganadería). Otras características son la sedentarización del hombre (poblados), la aparición de la cerámica (fósil-guía que permite identificar los diferentes grupos culturales), el surgimiento de las jerarquías sociales, etc. Las principales culturas del Neolítico peninsular son las siguientes:



Ø  Cultura de la cerámica cardial. Se desarrolla en Cataluña, Levante y Andalucía. Caracterizada por una decoración impresa utilizando la concha de un molusco, el cardum edule.

Ø  Cultura de los sepulcros en fosa. Su principal rasgo son los enterramientos individuales con ajuar. Cataluña.

Ø  Cultura  almeriense. Enterramientos colectivos en tumbas circulares.

Ø  Megalitismo (grandes piedras). Construcción de enterramientos circulares utilizando grandes bloques de piedra (dólmenes). Importante en el sureste de la península.  La Cueva de Menga, Cueva de El Romeral, ambas en la provincia de Málaga, son dos ejemplos.



  • EDAD DE LOS METALES (2500-750 a.C). Se caracteriza por la aparición de la metalurgia. Esta innovación favoreció los intercambios comerciales y el contacto entre las diversas culturas.
    • Edad del cobre o Calcolítico (2500-1800 a. C). Se desarrollan dos importantes culturas. La cultura de Los Millares (Almería), que se relaciona con los yacimientos de cobre de la zona y se caracteriza por los enterramientos colectivos en tumbas megalíticas. Y las culturas de vaso campaniforme, culturas que tienen en común el uso de vasos cerámicos (cerámica incisa con motivos geométricos) en forma de campana invertida. Los enterramientos son individuales con ajuar, y se desarrolla en toda Europa.
    • Edad del bronce (1800-750 a.C). Las culturas de este período son:

ü  Cultura de El Argar (Almería). Se desarrolla en Granada, Jaén, Almería y Murcia. Los poblados se sitúan en lugares altos y estratégicos. Un rasgo de esta cultura son los enterramientos individuales con ajuar.

ü  Cultura de las motillas de La Mancha. Caracterizada por los poblados fortificados situados en lugares altos.

ü  Cultura de los campos de urnas. Se localiza en Cataluña y Aragón. Presenta como innovación la incineración de los muertos, depositándose las cenizas en unas urnas de cerámica.

ü  Cultura talayótica (Islas Baleares). Caracterizada por poblados fortificados donde aparecen tres edificios ciclópeos: talayot (torreón), taula (dos grandes piedras en forma de t) y naveta (forma de nave invertida), lugar donde se practicaban enterramientos colectivos.

§  Edad del hierro. Se perfilan las culturas que posteriormente se van a desarrollar. En Andalucía y Levante, la cultura tartésica y la ibérica. En la zona noroeste, la cultura castreña (poblados fortificados), y en el centro la cultura celtibérica.



b)     LAS COLONIZACIONES.



   El concepto hace referencia a la llegada y al asentamiento en la península Ibérica de pueblos procedentes del Mediterráneo: fenicios, griegos y cartagineses. Estos pueblos tuvieron una gran influencia en las primeras culturas del hierro peninsular. Los asentamientos fueron limitados y efímeros, centrados en los intercambios comerciales o en el control de las riquezas mineras.



  • Fenicios. Sus asentamientos se limitan a la costa andaluza y al valle del Guadalquivir. Los principales son Gadir (1100 a.C o siglo VIII a.C), Malaka, Abdera y Sexi. Sus principales aportaciones fueron técnicas mineras y constructivas, divinidades, formas artísticas, cerámica, etc. Ejercieron una gran influencia en la cultura tartésica.
  • Griegos. Su presencia se remonta al siglo VII a. C. Establecieron una serie de factorías comerciales a lo largo de la costa mediterránea (desde Cataluña hasta Andalucía). Su colonia más importante fue Emporion (Ampurias). Los griegos tuvieron una gran influencia en el arte y en la lengua de las culturas ibéricas.
  • Cartagineses. La presencia cartaginesa se remonta al siglo V a. C y se basa en motivos comerciales y, especialmente, militares (enfrentamiento con Roma por el control del Mediterráneo occidental, guerras púnicas). Sus principales bases fueron Cartago Nova e Ibiza.



c)      LOS PUEBLOS PRERROMANOS.



  • Tartessos. La cultura tartésica se remonta al siglo X a. C y se localiza en el Valle del Guadalquivir y se relaciona con la existencia de importantes yacimientos mineros de cobre, oro y plata (Minas de Río Tinto). Ésta influenciada por la colonización fenicia. Durante los siglos VIII-VI a. C, se asiste al apogeo de la cultura tartésica. Posteriormente, entró en declive por razones desconocidas (lusitanos, cartagineses, colapso económico…). Una característica es la riqueza de la cultura material (joyas, cerámica, etc.) frente a la pobreza de los poblados encontrados.
  • Iberos. Conjunto de pueblos (ilergetes, lacetanos, turdetanos, edetanos, etc.) asentados en la fachada mediterránea y Andalucía que, a partir del siglo X a. C, recibieron una serie de aportaciones de los pueblos colonizadores: uso del hierro, moneda, escritura, etc. Sus principales características son:
    • Políticas. Las formas de gobierno son múltiples: gobiernos aristocráticos, monarquía, etc.
    • Hábitat. Los poblados se situaban en lugares altos y amurallados.
    • Actividad económica. Practicaban la agricultura de secano (trigo, cebada), la cría de animales (sobre todo, caballos por la actividad guerrera de estos pueblos) y los intercambios comerciales con los pueblos colonizadores.
    • Religión. Eran politeístas. Practicaban la incineración de los muertos. Destacan la representación escultórica de divinidades: dama de Elche, dama de Baza, etc.
    • Sociedad. Sociedad muy jerarquizada, bajo el control de una aristocracia guerrera. Una práctica social común era la llamada devotio ibérica, que era un pacto de fidelidad a un caudillo militar hasta la muerte.



  • Celtas. Pueblos indoeuropeos que penetraron en la península Ibérica a partir del siglo X a. C. Se establecieron en la cornisa cantábrica, Cataluña, Meseta y en la zona oeste de la península. Presentaban las siguientes características.
    • Políticas. Gobernados por una asamblea de ancianos y otras personas de relevancia social.
    • Hábitat. Los poblados se situaban en lugares altos, rodeados de empalizadas y fosos (castros).
    • Actividad económica. Practicaban una agricultura basada en el cultivo de los cereales y las legumbres, y la ganadería trashumante. Una actividad muy importante era la metalurgia.
    • Religión. Eran politeístas. Gran número de divinidades, relacionadas con el culto a la naturaleza.
    • Sociedad. Sociedad caracterizada por la existencia de tres instituciones importantes: gentilidad (agrupación familiar en un clan suprafamiliar que se basa en la existencia de un antepasado común), hospitalidad (vinculación de un individuo con una gentilidad diferente a la suya), y clientela (relación entre una persona o grupo y un patrono que, a cambio de la fidelidad de esa persona o grupo, les proporciona beneficios sociales o económicos).





d)     LA HISPANIA ROMANA.



  • CONQUISTA (218 a. C-19 a. C)

   La primera fase (218-206 a. C) se sitúa en el contexto de la II Guerra Púnica y se caracterizó por la ocupación de la franja mediterránea. Esta fase concluyó con la ocupación de Cádiz en el 206 a. C. La segunda se desarrolló entre los años 206 a. C y 83 a. C, ocupando el centro y el oeste de la Península. La conquista romana encontró una gran resistencia de los pueblos indígenas como, por ejemplo, en la Guerra de los lusitanos (155-139 a. C, asesinato del caudillo lusitano Viriato) y en la Guerra celtibérica (154-133 a. C, episodio de Numancia). La tercera fase (83-19 a. C) supuso la ocupación del norte  y el sometimiento de astures y cántabros.



  • ROMANIZACIÓN.



   La romanización es la asimilación de la cultura y de las formas de vida romanas (lengua, derecho, religión, sistema social, sistema administrativo, etc.) por parte de los pueblos peninsulares. Las principales características de la romanización fueron:



    • No tuvo un carácter uniforme, fue más intensa en el sur y en este de la península Ibérica.
    • No fue una consecuencia de la conquista, sino un proceso lento y dilatado en el tiempo.
    • No desaparecieron completamente las formas culturales ibéricas y celtas.

             

          Los medios de la romanización fueron:



·         Urbanización. La adopción del modelo administrativo romano en las ciudades.

·         Ejército. Los romanos reclutaban tropas auxiliares entre los indígenas. Éstos entraban en contacto con las formas de vida romanas. Al término del servicio militar, conseguían la ciudadanía romana y tierras.

·         Concesión de la ciudadanía romana a la aristocracia indígena para asegurarse su apoyo y su colaboración.



  • ESTRUCTURA POLÍTICO-ADMINISTRATIVA.



   Roma dividió el territorio peninsular en provincias. En la etapa republicana (197-27 a. C), se crearon dos provincias, la Hispania Citerior (Cartago Nova) e Hispania Ulterior (Corduba). Cada provincia estaba dirigida por un pretor (mando sobre una legión), cargo anual que, en el inicio de su mandato, emitía un edictum que establecía las normas de su gobierno. Al concluir el año, debía rendir cuentas de su gestión ante el Senado romano. En caso de peligro, se enviaba un cónsul (mando sobre dos legiones).

          Durante la etapa imperial (hasta el 476), la estructura administrativa tuvo diversos cambios. Octavio Augusto (primer emperador romano) realizó una importante reforma administrativa cuyas principales características fueron:

·         Nueva división provincial: Tarraconensis (antigua Hispania Citerior; Tarraco), Lusitania (parte de la Hispania Ulterior; Emerita Augusta) y Betica (Hispania Ulterior; Corduba).

·         Creación de dos clases de provincias: provincias senatoriales (totalmente pacificadas y administradas por el Senado romano; Betica) y provincias imperiales (no pacificadas, administradas por el emperador a través de un delegado).

·         Aparición de los conventos jurídicos. Eran distritos con funciones administrativas, judiciales y económicas.

  

   En el año 212, el emperador Caracalla concedió la ciudadanía a todos los habitantes del Imperio. Esto supuso una nueva forma de administrar las ciudades:

·         Comicios o asambleas de ciudadanos. Encargados de  la votación de leyes, la elección de magistrados, etc.

·         Magistrados. Tenían funciones ejecutivas. Había tres clases de magistrados: duunviros (administración de los asuntos municipales), ediles (encargados de la seguridad pública, abastecimiento de los mercados, etc.) y cuestores (finanzas).

·         Consejo Municipal. Formado por los decuriones (aristocracia urbana), antiguos magistrados con influencia en los comicios.



  • ORGANIZACIÓN SOCIAL.



   Las categorías sociales se establecían en función de estatutos jurídicos diferenciados. Existían dos grandes grupos: libres y esclavos. Estos últimos no tenían derechos civiles, ni políticos. Los libres incluían las siguientes categorías:



  • Ciudadanos romanos. Disfrutan de derechos políticos y civiles. Existían dos grandes grupos. Los ciudadanos pertenecientes a los órdenes (nobleza)  y los ciudadanos no pertenecientes a los órdenes. A su vez, los ciudadanos pertenecientes a los órdenes se dividían en el orden senatorial (grupo minoritario cuyos miembros podían ser senadores y ocupaban los cargos políticos, militares y religiosos más importantes), el orden ecuestre (ocupaban cargos de menor importancia como las magistraturas de cohorte, la prefectura de caballería, etc.), y el orden decurional (nobleza urbana y local que se ocupaba de la administración municipal). Los ciudadanos romanos no pertenecientes a los órdenes (plebe). Tenían derechos políticos y civiles. Su nivel de riqueza era variable.
  • No ciudadanos. Tenían derechos civiles, pero carecían de derechos políticos
  • Libertos. Esclavos manumitidos. Tenían derechos civiles, pero estaban vinculados a sus antiguos propietarios (patronos).



  • ECONOMÍA.

   El sistema económico romano se basaba en la utilización de esclavos que, en su mayor parte, procedían de las conquistas militares. Las actividades económicas más destacadas fueron:



Ø  Agricultura. Basada en la tríada mediterránea: cereales, vid y olivo. Parte de la producción se exportaba a otras zonas del Imperio.

Ø  Minería. Hispania fue el distrito minero más rico del Imperio Romano. La riqueza minera fue una de las razones de la conquista. Las minas pertenecían al Estado romano que las explotaba directamente o las alquilaba a particulares. Los principales recursos mineros eran oro (León, Galicia, Asturias), plata (Huelva, Murcia), cobre (Huelva), estaño (Extremadura, Galicia) y mercurio (Ciudad Real).

Ø  Comercio. Tuvo un gran desarrollo por la importancia de las ciudades en el sistema económico romano y por la construcción de una importante red viaria (calzadas romanas). Éstas permitían una rápida circulación de de los productos por todo el Imperio. Las principales exportaciones hispanas eran el aceite, el vino, el trigo, el garum, los metales, la cerámica, los esclavos, etc.



o   LA CRISIS DEL SIGLO III. 



    Durante la segunda mitad del siglo III, el Imperio Romano entró en crisis. Las principales razones fueron:

·         Debilidad del poder político central. Se debió a la intervención constante del ejército en la vida política mediante el nombramiento de los emperadores.

·         Inseguridad de las fronteras. Se produjo por la presión de los pueblos germanos que, en ocasiones, penetraron en el interior del Imperio.

·         Decadencia de las ciudades y de la economía urbana. La paralización de las conquistas militares supuso el declive del sistema esclavista y, por otro lado, la inseguridad reinante se tradujo en el empobrecimiento de las ciudades.                       

              La consecuencia fue la ruralización de la economía que se manifestó en la aparición de una aristocracia rural, propietaria de latifundios autosuficientes económicamente. Éstos eran explotados por colonos, vinculados a los grandes propietarios de tierras, estableciéndose entre ellos una relación personal (trabajo a cambio de protección). Este sistema se denomina colonato.

       A finales del siglo III y principios del IV, el emperador Diocleciano (284-305)  realizó una serie de reformas que lograron frenar la crisis política. Desde el punto de vista administrativo, Diocleciano dividió Hispania en siete provincias: Gallaecia, Tarraconense, Carthaginense, Lusitania, Betica, Balearica y Mauritania Tingitana. Estas provincias se integraban en una división administrativa de mayor rango, la diócesis (Diócesis Hispanorum) dirigida por un vicario (vicarius). A su vez, la Diócesis Hispanorum se integraba en una prefectura (Praefectura Galliarum).

   

e)      LA HISPANIA VISIGODA



o   FORMACIÓN DEL REINO DE TOLEDO.



   A finales del siglo IV, los pueblos germanos penetran y se asientan en el Imperio Romano. Algunos de ellos establecieron un foedus (pacto) con Roma, convirtiéndose en federados. Roma les concedía tierras a cambio de realizar tareas militares. En el año 409, tres pueblos germanos, suevos, vándalos y alanos, penetraron en la península Ibérica. Los suevos se establecieron en Gallaecia, los vándalos en la Betica y los alanos en la Lusitania y la Carthaginense. Los suevos establecieron un reino sólido en la actual Galicia y Roma reaccionó enviando a la península a uno de los pueblos germanos federados, los visigodos. Los visigodos constituyeron un reino en el sur de la Galia (actual Francia) denominado Reino de Tolosa. En el año 507, los visigodos fueron derrotados por los francos (otro pueblo germano) en la Batalla de Vouillè. La derrota supuso el establecimiento definitivo de los visigodos en la península Ibérica y la formación del Reino de Toledo. Pese a su escaso número (alrededor de 200000), la población hispanorromana no ofreció resistencia a la ocupación porque consideraban la presencia visigoda como una continuación del orden romano una vez desaparecido el Imperio Romano de Occidente en el 476. El Reino de Toledo logró el control de todo el territorio peninsular durante los reinados de Leovigildo (568-586) y Suintila (621-631). Leovigildo derrotó a los suevos y a los vascones, e intentó expulsar a los bizantinos que se habían establecido en la península en el 554. Suintila consiguió la expulsión de los bizantinos.

   El fin del reino visigodo está relacionado con la forma de la monarquía visigoda. Era una monarquía electiva, lo que provocaba importantes divisiones internas. A la muerte del rey Witiza (710), fue elegido rey don Rodrigo. La elección no fue aceptada por los witizanos y reclamaron la ayuda de los musulmanes ya establecidos en el norte de África. En el año 711, los musulmanes desembarcaron en la península y derrotaron a los visigodos en la Batalla del río Guadalete.



o   LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA.

   La monarquía visigoda era electiva. Los monarcas eran elegidos por una asamblea de hombres libres. Este tipo de monarquía fue un importante factor de inestabilidad política porque la sucesión provocaba el enfrentamiento entre diversas facciones. El monarca  se apoyaba en una serie de instituciones para ejercer su labor:

ü  Aula Regia. Era un órgano de carácter consultivo y legislativo en cuestiones militares, judiciales y políticas. Estaba integrado por nobles, jueces, jefes militares y gobernadores. Las decisiones del Aula Regia eran ejecutadas por el Officium Palatinum, órgano integrado por nobles al servicio del rey. El Aula Regia es el antecedente de la Curia Regia y de las Cortes.

ü  Concilios de Toledo. Eran asambleas político-religiosas cuyas decisiones se convertían en leyes tras ser aprobadas por el monarca.

ü  Administración territorial. El territorio estaba dividido en provincias que eran dirigidas por duques, y las provincias en ciudades, gobernadas por condes.



o   SOCIEDAD Y ECONOMÍA.



   Los visigodos eran una minoría (200000) frente a la población hispanorromana (8000000). La característica social más importante era la acusada distinción jurídica entre visigodos y los hispanorromanos. Esa diferenciación desapareció con la adopción de una serie de medidas:

§  Autorización de los matrimonios mixtos (583, Leovigildo).

§  El abandono del  arrianismo y la adopción del catolicismo (Recaredo, 589, III Concilio de Toledo).

§  La promulgación del Liber Iudiciorum (654 o 656, Recesvinto), que unificó los derechos germano y romano, terminando de este modo con la pluralidad jurídica. Es el antecedente del Fuero Juzgo que se aplicó en los reinos cristianos.



           La principal actividad económica era la agricultura. Se introdujo la encomendación: sistema agrario de producción en el que un hombre libre se vinculaba a un señor mediante un pacto de fidelidad, recibiendo tierras y protección a cambio de sus servicios.





          



TEMA 3: LA ESPAÑA MUSULMANA (711-1492)



1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA (711-1492).

1.1) La conquista y el Emirato Dependiente de Damasco (711-756).

1.2) El Emirato Independiente de Córdoba (756-929).

1.3) El Califato de Córdoba (929-1031).

1.4) La decadencia (1031-1492).

2. LA ESTRUCTURA SOCIAL.

3. LA ECONOMÍA.



1) EVOLUCIÓN HISTÓRICA (711-1492).



1.1) La conquista y el Emirato Dependiente de Damasco (711-756).



   La presencia musulmana en el norte de África se remonta al siglo VII. Durante ese siglo, el Islam se expandió rápidamente a través de Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos. Estas regiones se convirtieron en emiratos, es decir, provincias dependientes del Califato de Damasco.

   La llegada de los musulmanes a la península se relaciona con las luchas internas provocadas tras la elección de don Rodrigo como rey. En el año 711, Tarik (lugarteniente de Muza, gobernador de Tunicia) cruzó el Estrecho de Gibraltar al mando de un ejército formado por bereberes (población islamizada del norte de África).       Este ejército derrotó a los visigodos en la Batalla del río Guadalete. En el año 712, Muza llegó a la península con un ejército formado por árabes, iniciando la ocupación de la mayor parte del territorio peninsular. En la mayoría de los casos, la ocupación no fue militar sino que se realizó a través de las capitulaciones: pactos entre los musulmanes y la población local. Los musulmanes se comprometían a respetar la propiedad, la libertad y la religión de la población local, a cambio del pago de tributos o impuestos. En el año 718, los musulmanes controlaban al-Andalus, nombre con el que sería conocido el territorio peninsular dominado por ellos.

   Desde la península, los musulmanes intentaron la penetración en el sur de Francia, pero su avance fue frenado tras su derrota frente a los francos en la Batalla de Poitiers (732).

   Al-Andalus se constituyó como un emirato (provincia dependiente) del Califato de Damasco. La característica fundamental de este período fue el constante enfrentamiento entre los musulmanes debido a la ocupación de tierras. En general, los árabes se hicieron con el control de las tierras más fértiles.



1.2) El Emirato Independiente de Córdoba (756-929).



   En el año 750, los Abbasíes provocaron la matanza de la familia Omeya que, hasta ese momento, habían controlado el Califato. Un miembro de esta familia, Abderramán, logró huir y llegó a al-Andalus, y estableció el Emirato Independiente de Córdoba en el 756. El Emirato se declara independiente del Califato desde el punto de vista político, no en el plano religioso ya que sigue dependiendo del Califa de Bagdad.

Abderramán I estableció una nueva organización política con el fin de consolidar la independencia de al-Andalus. Esta organización supuso la concentración de todos los poderes del Estado (administrativos, judiciales, militares…) en su persona. El Emirato se caracterizó por las frecuentes rebeliones de distintos grupos. A finales del siglo IX y durante el primer tercio del siglo X, se sucedieron rebeliones protagonizadas por los muladíes (cristianos convertidos al Islam) y por los mozárabes (cristianos que vivían en territorio musulmán).





1.3) El Califato de Córdoba (929-1031).



   Abderramán III (912-961) puso fin a la crisis del siglo IX. Logró la pacificación interna (fin de las diversas rebeliones) y frenó el avance de los reinos cristianos del norte. Bajo su reinado, al-Andalus vivió su etapa más brillante. En el año 929, Abderramán III se autoproclamó califa (príncipe de los creyentes), lo que significaba la independencia religiosa del Califato de Bagdad. Abderramán III estableció una nueva estructura político-administrativa.

   La administración central incluía los siguientes elementos:

  • Califa. Concentra todos los poderes (religioso, judicial, militar, político, etc.) en su persona.
  • Hachib. Hombre de confianza del Califa en el que delegaba muchos asuntos de gobierno (primer ministro).
  • Visires. Consejeros que ayudaban al Califa en las tareas administrativas y gubernamentales (ministros)
  • La administración central se sostenía en un importante cuerpo de funcionarios, en el ejército y en el sistema impositivo. Los impuestos más importantes eran la sadaqa o limosna legal (pagada por los musulmanes), la chizia (impuesto personal en metálico, pagado por los no musulmanes) y el jarach (impuesto territorial en especie, pagado por los no musulmanes).



   La administración provincial. La península estaba dividida en coras o provincias, dirigidas por un gobernador (wali). Las provincias fronterizas (Toledo, Mérida y Zaragoza) se denominaban marcas, dirigidas por un tugur y estaban sometidas al régimen militar.

   La justicia era administrada por el Califa, pero delegaba esta función en los cadíes o jueces. Éstos juzgaban según las normas contenidas en El Corán. El cadí más importante era el de Córdoba, porque vigilaba que el Califa no se apartara de los principios religiosos del Islam.

   Una figura política destacada durante esta etapa fue Almanzor (hachib de Hixem II, 976). Almanzor estableció una dictadura militar y se apoyó en los bereberes para mantenerse en el poder. Realizó grandes campañas militares contra los núcleos cristianos: León, Zamora, Coimbra, etc., aunque la más importante fue la destrucción de Santiago de Compostela (997). En el año 1002, se produjo la muerte de Almanzor, iniciándose un período de gran inestabilidad política que condujo a la desaparición del Califato en el año 1031.



1.4) La decadencia (1031-1492).



   La desaparición del Califato (1031) tuvo dos consecuencias importantes. En primer lugar, se produjo un giro histórico ya que los reinos cristianos consiguen la hegemonía militar y política. En segundo lugar, el territorio bajo control musulmán se va reduciendo progresivamente.

   La España musulmana se dividió en reinos independientes que reciben el nombre de reinos taifas. Su creación fue apoyada por los reinos cristianos porque cobraban parias, es decir, tributos a cambio del mantenimiento de la paz. Los reinos taifas se dividen en tres grupos según el origen racial de sus fundadores:

  • Taifas árabes. Toledo, Sevilla, Zaragoza, Badajoz…
  • Taifas bereberes. Granada, Málaga…
  • Taifas eslavos. Valencia, Almería, Murcia…

   En el año 1085, Alfonso VI, rey de Castilla y León, conquistó la ciudad de Toledo.   Este hecho provocó que el rey de Sevilla, Al-Motamid, solicitara la ayuda de los almorávides para frenar el avance cristiano. Los almorávides eran nómadas del Sáhara que habían formado un imperio en el norte de África en el siglo XI, y se caracterizaban por su integrismo religioso. Los almorávides derrotaron a los castellanos en la Batalla de Sagrajas (1086) y reunificaron los reinos taifas, convirtiendo a al-Andalus en una provincia más de su imperio. El dominio almorávide fue breve por dos razones. En primer lugar, por su intolerancia religiosa que provocó el descontento de la población hispano-andalusí, y en segundo lugar, por la recuperación militar cristiana. El resultado fue la aparición de nuevos reinos taifas que fueron reagrupados de nuevo por los almohades (1172). Los almohades realizaron diversas campañas militares contra los reinos cristianos, pero fueron derrotados por una coalición cristiana en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). Tras la derrota almohade, el territorio musulmán se dividió en nuevos reinos taifas.

   El último reducto musulmán fue el reino nazarí o nazarita de Granada (1232-1492). Este reino ocupó las actuales provincias de Granada, Almería y Málaga. El creador, Muhammad Ibn Nasr, pactó con el reino de Castilla (Fernando III) el mantenimiento de la independencia a cambio de tributos. Este reino fue conquistado por los Reyes Católicos en el año 1492



2) LA ESTRUCTURA SOCIAL.



   La población de al-Andalus era muy heterogénea porque estaba formada por diversos grupos étnicos. La religión era el elemento principal de diferenciación social. Existían dos grandes grupos:

o Población musulmana.

§ Elementos alógenos o extranjeros.



Ø Árabes. Grupo minoritario y dominante. Tenían el poder económico y el control político.

Ø Bereberes. Grupo musulmán más numeroso, procedentes del norte de África. Enfrentados a los árabes, participaron en numerosas revueltas contra ellos.

Ø Negros. Población procedente de Sudán. Grupo minoritario. Eran esclavos y se dedicaban a tareas militares (guardias personales de los califas).

Ø Eslavos. Esclavos de origen europeo. Número elevado. Mucho de ellos consiguieron su manumisión y ascendieron socialmente.

§ Elementos autóctonos.



Ø Muladíes. Hispanos convertidos al Islam. Obtenían ventajas sociales y económicas. Protagonizaron frecuentes revueltas.

o Población no musulmana.



Ø Mozárabes. Cristianos que vivían en territorio musulmán.

Ø Judíos.

   Los musulmanes eran tolerantes con estos grupos porque practicaban religiones cercanas a la suya (“gentes del Libro”). Eran dimníes (protegidos). A cambio de conservar su religión y propiedades, pagaban dos clases de impuestos directos: el jarach y la chizia.





3) LA ECONOMÍA.



   Era una economía urbana y comercial frente a la economía agrícola y rural de la España cristiana.

   En el sector agrario, los musulmanes introdujeron nuevos cultivos como la caña de azúcar, el algodón, el azafrán, los agrios, el arroz, etc. Perfeccionaron los sistemas de regadío mediante el desarrollo de procedimientos de extracción de agua como las norias y la construcción de amplias redes de acequias. Desarrollaron una agricultura de regadío en los valles de los ríos Guadiana, Guadalquivir, Segura, Turia, Júcar, Jalón, etc.

   El comercio y la artesanía, actividades económicas típicas de las ciudades, tuvieron una gran importancia. La producción artesanal se centró en la cerámica, los metales, el papel, el vidrio, los textiles, la seda, etc. Los artesanos se agrupaban por oficios y eran dirigidos por el amín (hombre bueno).

   El desarrollo comercial se basó en la existencia de dos monedas, el dinar (oro) y el dirham (plata). Los intercambios comerciales internos se realizaban en el zoco, y existía una reglamentación minuciosa de precios, pesos, calidad del producto, etc.

   El comercio exterior se beneficiaba de la situación geográfica de la península Ibérica. Al-Andalus comerciaban con Europa (metales, esclavos, armas, pieles), Oriente (especias, objetos de lujo), y África (oro y esclavos).







4) EL LEGADO CULTURAL.



   El Califato fue una etapa de gran esplendor cultural. Córdoba fue un centro cultural de gran influencia en toda Europa. Sin embargo, el "siglo de oro" de la cultura islámica fue el siglo XI. La España musulmana se convirtió en el puente para difundir la cultura clásica (grecorromana) a toda Europa, gracias a los contatcos del Islam con Bizancio. Las figuras científicas e intelectuales más destacadas fueron:

· Maslama de Madrid (matemático), traductor y comentarista de la obra de Ptolomeo.

· Azarquiel (astrónomo), autor de obras sobre los movimientos estelares.

· Averroes (médico y filósofo), transmisor de la obra de Aristóteles.

· Maimónides, médico de gran prestigio.

· Al-Zahraui (cirujano), su obra fue utilizada como manual en las universidades europeas de la Edad Media.

· Ibn Wafid (agrónomo), influyó en las obras castella­nas sobre agricultura hasta el siglo XVI.

   En el campo de la literatura, aparecen  el zéjel y la jarcha.













TEMA 4:   EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LOS REINOS CRISTIANOS. SIGLOS VIII-XV.



a)   Núcleos occidentales.

·         Siglos VIII-XI.

§  Reino de Asturias.

§  Reino de León.

§  Condado de Castilla.

·         Siglos XI-XV.

§  Reino de Castilla.

a)   Núcleos orientales.

§  Aragón (siglos IX-XII)

§  Corona de Aragón (siglos XII-XV)

§  Navarra (siglos IX-XV)

§  Condados Catalanes (IX-XII)





a)    NÚCLEOS OCCIDENTALES. El primer núcleo de resistencia frente a los musulmanes se localizó en la Cordillera Cantábrica (este de Asturias, Cantabria y norte de Burgos). Era una zona de escaso interés en la que los musulmanes se limitaron a ejercer un cierto control: cobro de tributos y evitar la penetración  hacia el sur de los montañeses.



SIGLOS VIII-XI

·         REINO DE ASTURIAS  (COVADONGA-DON PELAYO)



o   ALFONSO I (739-757). Campañas en el valle del Duero. Repoblación del reino de Asturias.

o   ALFONSO II (791-842). Consolidación del reino asturiano: independencia económica (no entrega de tributos al Emirato de Córdoba), religiosa (independencia de la iglesia asturiana de la iglesia toledana), y política (creación de una extensa zona fronteriza en el valle del Duero, “tierra de nadie”).

o   911. ALFONSO III (866-941): creación del Reino de León.



·         REINO DE LEÓN



o   Primera mitad del siglo X. Es el reino cristiano más importante de la península. RAMIRO II (931-951) venció a los musulmanes en la batalla de Simancas (939), lo que permitió consolidar las posiciones leonesas en el valle del Duero.

o   Segunda mitad del siglo X. Decadencia por la gran inestabilidad política (lucha entre diversas facciones).



Proceso muy importante: la REPOBLACIÓN. Volver a poblar las tierras conquistadas en la expansión hacia el sur de los reinos cristianos. Se basó en una razón estratégica (creación de una frontera estable frente a la España musulmana), y en una razón económica (poner en cultivo las tierras conquistadas). La repoblación atravesó cuatro etapas:

o   Repoblación por presura (siglos IX-X). Partía de la tradición jurídica que atribuía al rey la posesión de las tierras incultas. A través de una concesión tácita que se denominaba derecho de presura o derecho de aprisio, las tierras pasaban a ser propiedad de los agricultores que se establecían en ellas. Posteriormente, la propiedad era documentada por los funcionarios reales. Este sistema se realizó por iniciativa de los grupos de campesinos (repoblación individual), de los nobles (repoblación nobiliaria) o de los monasterios (repoblación monacal). El resultado fue el predominio de la pequeña y de la mediana propiedad. Cuenca del Duero, Galicia, alto Ebro, Cataluña.

o   Repoblación concejil (siglos XI-XII). Se denomina así por la importancia que tuvieron los consejos de las ciudades o villas, a las que se les otorgaba un fuero, es decir, el conjunto de normas jurídicas que regulaban todos los aspectos de la vida ciudadana. Era un derecho privilegiado: exención de impuestos, protección de los vecinos acusados de la comisión de un delito, etc. Los repobladores solicitaban la vecindad y les daban un solar para la casa y tierras para el cultivo que, al cabo de unos años, pasaban a ser de su propiedad. Además, disfrutaban de las tierras y de los bienes comunales. Se aplicó a las tierras situadas entre el Duero y el valle del Tajo. También en el valle del Ebro. Predominio de la mediana propiedad libre y de las tierras comunales.

o   Repoblación de las Órdenes Militares (primera mitad del siglo XIII). Se realizó en zonas extensas y poco pobladas como la Mancha, Extremadura, Teruel y norte de Castellón. Estas zonas habían sido conquistadas por las Órdenes Militares (Calatrava, Alcántara, Santiago y Montesa). Predominio de los latifundios dedicados a la ganadería.

o   Repoblación por repartimientos (segunda mitad del siglo XIII). Valle del Guadalquivir y Levante (de Castellón a Murcia). Tras la ocupación de una zona, una junta de partidores distribuían las tierras entre los repobladores. El valor y el tamaño de las tierras estaban en función del rango social de quienes las recibían. Predominio de grandes latifundios de la nobleza, Órdenes Militares e Iglesia.





·         CASTILLA. Frontera oriental del reino astur-leonés. Características.



                Condado de Castilla
                   Reino de León
                Pequeña propiedad
                   Latifundios
 No aceptación de una autoridad superior
Aceptación de una autoridad superior.
 Derecho consuetudinario
Derecho codificado, derivado del Liber Iudiciorum
Guerra: también era una actividad de los campesinos.
Guerra: actividad reservada exclusivamente a los nobles.



Castilla era un conjunto de condados dependientes del Reino de León creados en el año 850. FERNÁN GONZÁLEZ (930-970) unificó los condados castellanos y los transmitió a sus hijos.



A principios del siglo XI (1029), Castilla se incorporó al Reino de Navarra (SANCHO III).



SIGLOS XI-XII.

  • Características generales:
    • Crisis y desaparición del Califato.
    • Supremacía militar de los reinos cristianos.
    • Penetración de las ideas europeas a través del Camino de Santiago.
    • Continuación de la repoblación.
    • Importante expansión de los reinos cristianos hacia el sur. Castilla: valles del Tajo y del Guadiana. Aragón y Cataluña: valle del Ebro.



1035. Creación del REINO DE CASTILLA mediante una disposición testamentaria del rey Sancho III de Navarra.



FERNARDO I (1035-1065). Primer rey castellano.

·         Incorporación del Reino de León (1037).

·         Conquista de territorios navarros.

·         Avance hacia el sur. Sometimiento a parias a los reinos taifas.



ALFONSO VI (1072-1109). Rey tras el asesinato de su hermano SANCHO II.

·         Incorporación de territorios navarros: provincias vascas y La Rioja.

·         Conquista de Toledo (1085). Provocó la llegada de los almorávides que derrotaron a los castellanos en Sagrajas, Consuegra y Uclés.



DOÑA URRACA (1109-1126)

·         Matrimonio con Alfonso I, rey de Aragón y Navarra.

·         Guerra civil castellana.

·         Independencia del Condado de Portugal (se convirtió en reino en el año 1143).



ALFONSO VIII  (1158-1214).

·         Firma del Tratado de Cazola (1179). Castilla y Aragón se repartieron el levante peninsular. A Castilla le correspondió Murcia y Valencia a la Corona de Aragón. Estos territorios fueron incorporados en el siglo XIII.

·         Separación de Castilla y León (hasta la unión definitiva de 1230).



Mediados del siglo XII: llegada de los almohades. El avance cristiano se detuvo hasta la batalla de las Navas de Tolosa (1212).



SIGLO Xlll

FERNANDO III  (1117-1252)

·         Incorporación definitiva del reino de León (1230)

·         Conquista del valle del Guadalquivir y Murcia.

·         Sometimiento a parias al reino musulmán de Granada.



ALFONSO X (1252-1284)

·         Conquista de zonas de Cartagena y Huelva.

SIGLOS XIV-XV. Principios del siglo XIV: enfrentamiento nobleza/Corona.



ALFONSO XI (1312-1350)

·         Reafirmación del poder real frente a la nobleza tras la publicación del ORDENAMIENTO DE ALCALÁ (1348).

·         Conquista de Algeciras. Control del estrecho de Gibraltar.



ENRIQUE II (1369-1379)

·         Nueva dinastía, los Trastámara.

·         Debilidad del poder real. Grandes concesiones a la nobleza.



ENRIQUE IV  (1454-1474)

·         Pacto de los Toros de Guisando (1468). Nombramiento de su hermana Isabel como heredera al trono.

·         1469. Matrimonio de Isabel con Fernando II de Aragón. Anulación del pacto. Nombramiento de Juana la Beltraneja como heredera al trono.

·         Guerra civil castellana. Victoria de los partidarios de Isabel (reina a partir de 1479)





B)   NÚCLEOS ORIENTALES: Orígenes menos conocidos y más tardíos (finales siglo VIII y principios del siglo IX). Zona dominada por el Imperio Carolingio, que estableció la Marca Hispánica. Territorio dividido en condados que reconocían la autoridad del emperador.



ARAGÓN. Gobernado por condes dependientes del Imperio Carolingio. García Galíndez (primer tercio del siglo IX) logró la independencia frente a los carolingios y a los musulmanes.

922. Incorporación a Navarra basta el año 1035.

1035. Surgimiento del reino de Aragón. Testamento de Sancho III de Navarra.



SIGLO XI. Expansión del reino por el valle del Ebro. Conquista de Huesca e incorporación del reino de Navarra (1076).



SIGLO XII

ALFONSO I (1104-1134)

  • Conquista de Zaragoza.
  • Matrimonio con Doña Urraca.
  • Objetivo: expulsar a los musulmanes de Occidente.



1134. Muerte de Alfonso I. Separación de Navarra y Aragón.

1137. Formación de la Corona de Aragón tras el matrimonio de PETRONILA (hija del rey Ramiro II) y RAMÓN BERENGUER IV, conde de Barcelona. CORONA DE ARAGÓN: reino de Aragón, reino de Valencia, reino de Mallorca y condado de Barcelona.



Consecuencias:

  • Dominio del valle del Ebro.
  • Intervención militar en el sur de Francia.
  • Orientación mediterránea de la Corona de Aragón.



SIGLO XIII

1213. Derrota en la batalla de Muret. Fin de la expansión catalana-aragonesa en el sur de Francia. Reforzamiento de la expansión mediterránea.

JAIME I (1213-1273)

  • Conquista de las Baleares.
  • Conquista de Valencia. Jaime 1 constituyó el reino de Valencia. Reino peculiar porque la mayoría de la población era musulmana y por el gran poder político de la burguesía.



PEDRO III (1276-1285)

·         Conquista de Sicilia.



SIGLO XIV

JAIME II (1291-1327)

·         Conquista de Cerdeña.

PEDRO IV (1336-1382)

·         Reincorporación del reino de Mallorca.

·         Conquista de los ducados de Atenas y Neopatria (Grecia)



SIGLO XV

1410. El rey Martín el Humano murió sin sucesor.

1412. COMPROMISO DE CASPE. Reunión de nueve compromisarios que eligieron como rey a FERNANDO I DE TRASTÁMARA



ALFONSO V (1416-1458)

  • Anexión de Nápoles y Benevento.



FERNANDO II  (1479-1516)

·         Matrimonio con ISABEL DE CASTILLA





NAVARRA

SIGLO IX. Independencia del Imperio Carolingio.



SIGLO X. Alianza con el reino astur-leonés por motivos políticos: cerrar el valle del Ebro a la presencia musulmana, lo que aseguraba la frontera oriental del reino astur-leonés. Anexión del condado de Aragón y expansión hacia el sur (incorporación de La Rioja). Navarra se convirtió en el reino cristiano más poderoso de la península.

SIGLO XI



SANCHO III (1005-1035)

·         Incorporación del condado de Castilla.



SIGLOS XII, XIII, XIV Y XV. Decadencia manifestada en la pérdida constante de territorios que se incorporan a Castilla y Aragón. Política de acercamiento a Francia.

1512. Incorporación al reino de Castilla.



CONDADOS CATALANES

SIGLO IX. Dependencia del Imperio Carolingio. El condado de Barcelona es el más importante.

SIGLO X. BORRELL  (947-992). Separación del Imperio Carolingio. Expansión hacia el valle del Ebro.

SIGLOS XII y XIII. Tres zonas de expansión: Francia, valle del Ebro y Mediterráneo.



1137. Matrimonio de RAMÓN BERENGUER IV y PETRONILA.









Tema 5: Características políticas, sociales, económicas y culturales de los reinos cristianos durante la Edad Media.





1.      Estructura político-administrativa.

·         Características generales.

·         Reino de Castilla.

·         Corona de Aragón.

2.      Organización social.

3.      Economía.

4.      Características culturales.





1.            Estructura político-administrativa.



·   Características generales.



    La recuperación del Derecho Romano permite, desde el siglo XI, un reforzamiento del poder real. El Derecho Romano limita el poder de la nobleza, ya que facilita la creación de un derecho universal frene a los derechos señoriales. El reforzamiento del poder real es muy claro durante los siglos XIV y XV. El Derecho Romano fue la base de teorías políticas que defendían la superioridad del rey, cuyo poder se considera de origen divino, es decir, el monarca sólo es responsable de sus actos ante Dios (el rey lo es por la gracia de Dios).

   Por otro lado, debe tenerse en cuenta que, aunque al monarca se le reconocían numerosas atribuciones: jefatura del ejército, justicia, capacidad legislativa, acuñación de moneda, etc., el poder real se limitaba a las tierras de realengo, es decir, aquellas que estaban bajo su control directo. En los señoríos, sus titulares (nobles o eclesiásticos) sustituían al rey.

  

  • Reino de Castilla.



   La monarquía era de carácter autoritario, es decir, el poder del monarca, en teoría, no puede estar limitado por ningún otro poder.

   El monarca recibía el apoyo de una serie de instituciones a la hora de ejercer las tareas de gobierno. Las más importantes eran:

  • Curia Regia. Organismo de carácter consultivo formado por la alta nobleza, la jerarquía eclesiástica y los oficiales de la Casa Real. Es el origen de las Cortes y del Consejo Real.
  • Consejo Real (siglo XIV). Órgano que asesoraba al rey en las tareas de gobierno. Tenía un carácter profesional o técnico porque estaba integrado mayoritariamente por juristas o expertos en leyes.
  • Audiencia (siglo XIV). Órgano supremo de justicia, sólo supeditado a la autoridad del monarca. Tenía dos sedes: Valladolid y Granada. También se denomina Chancillería.
  • Contaduría (siglo XIV). Se ocupaba de los ingresos y gastos de la Corona. También se denomina Hacienda Real.
  • Cortes. Derivan de la Curia Regia. Surgen en el año 1188, pero no cobraron importancia hasta los siglos XIV y XV. Presentaban las siguientes características:

Ø  No tenían iniciativa legislativa, es decir, no pueden proponer leyes.

Ø  Pueden acudir a las Cortes representantes de la nobleza, el clero y los procuradores de diecisiete ciudades: Burgos, León, Zamora, Toro, Salamanca, Ávila, Soria, Segovia, Valladolid, Sevilla, Toledo, Córdoba, Jaén, Murcia, Cuenca, Guadalajara y Madrid (más Granada).

Ø  Solían reunirse cada dos años.

Ø  Su función más importante era la aprobación de subsidios (impuestos de carácter extraordinario).



   Desde el punto de vista territorial, el Reino de Castilla estaba dividido en  cinco circunscripciones administrativas: Castilla, León, Galicia, Andalucía y Murcia. Las tres primeras se denominaban merindades mayores y estaban gobernadas por merinos mayores, que tenían funciones fiscales, militares y judiciales. Murcia y Andalucía eran adelantamientos (territorios fronterizos), y estaban gobernados por adelantados. Estos tenían las mismas funciones que los merinos mayores.

   El Derecho aplicado era el derecho real (Ordenamiento de Alcalá, 1348), salvo en la zona vasca (derecho consuetudinario).

   El sistema de gobierno, en un primer momento, de los municipios castellanos era el concejo abierto (las decisiones se adoptaban en una asamblea de vecinos). Posteriormente, surgió el concejo cerrado, integrado por pocas personas. En el concejo cerrado, había dos cargos importantes:

Ø  Regidor. En un principio, era un cargo de elección vecinal. Con el paso del tiempo, el regidor fue nombrado por el monarca con carácter vitalicio. Los regidores procedían de la burguesía o de la pequeña nobleza.

Ø  Corregidor. Magistrados reales enviados con carácter extraordinario a los municipios castellanos. Posteriormente, se transformaron en un cargo permanente.  



  • Corona de Aragón.



   La monarquía era pactista. El gobierno de la monarquía se ejercía en virtud de un pacto o contrato establecido entre el monarca y sus súbditos, representados en Cortes. Cada Estado que integraba la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca) tenía cierta autonomía política e instituciones propias (Cortes). El rey tenía la titularidad de cada Estado (rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca y conde de Barcelona). En la Corona de Aragón, a diferencia de Castilla, aparece la delegación real, es decir, el monarca es sustituido por altos dignatarios que ayudaban al rey en sus tareas de gobierno y le sustituían en caso de ausencia.

   El monarca recibía el apoyo de una serie de instituciones a la hora de ejercer las tareas de gobierno. Las más importantes eran:

  • Consejo Real. Órgano de carácter consultivo.
  • Audiencia. Órgano supremo de justicia.
  • Hacienda Real. Ingresos y gastos de la Corona.
  • Justicia de Aragón (Reino de Aragón). Alto magistrado que intervenía en los pleitos entre el rey y los nobles. Interpretaba el Derecho tradicional aragonés.
  • Cortes (Aragón, Cataluña y Valencia). Había dos clases: Cortes generales de la Corona de Aragón (con representantes del reino de Aragón, del reino de Valencia y del condado de Cataluña); y las Cortes propias de cada Estado (Aragón, Valencia y Cataluña). Presentaban las siguientes características:



Ø  Tenían iniciativa legislativa, es decir, pueden proponer leyes.

Ø  Estaban representados en Cortes los ricoshombres (alta nobleza), los  infanzones (baja nobleza), el clero y los ciudadanos.

Ø  Se reunían cada dos (Aragón) o tres años (Cataluña).

Ø  Aparición de la Diputación General o Generalitat cuya función era controlar que todos los acuerdos aprobados en Cortes fueran puestos en práctica.



   Desde el punto de vista territorial, el Reino de Aragón estaba dividido en demarcaciones administrativas denominadas honores. Un honor era una agrupación de municipios en torno a una ciudad principal y estaba dirigido por un sobrejuntero (funciones militares y judiciales). En Cataluña el honor recibía el nombre de veguería (dirigidas por un veguer).

   El gobierno municipal se basaba en el concejo restringido, dirigido por la nobleza y la burguesía. El municipio presentaba la siguiente estructura:

  • Delegado real (zalmedina, Aragón; batle, Cataluña, Mallorca y Valencia).
  • Magistrados (cónsules). Funciones ejecutivas.
  • Asamblea o consejo. Funciones consultivas.



2.     Organización social.



   La sociedad era estamental. Los estamentos eran la nobleza, el clero y el estado llano. Este modelo social presentaba las siguientes características:



§  La división social era rígida porque todo individuo estaba encuadrado en alguno de los tres estamentos (estados u órdenes).

§  Cada estamento se regía por normas diferentes. La nobleza y el clero gozaban de privilegios reconocidos legalmente, mientras que el estado llano carecía de ellos.

§  La movilidad social era prácticamente inexistente. El único estamento abierto era el clero porque se nutría de personas que procedían de los otros estamentos.



a.      Nobleza.



   Sector social que gozaba de privilegios legales de diversa clase: jurídicos (derecho penal propio, tribunales exclusivos, etc.), fiscales (exención de impuestos) y políticos (posibilidad de acceder a cargos públicos). La nobleza se dividía en alta nobleza (nobleza titulada: duques, condes, marqueses, barones o ricoshombres) y baja nobleza (nobleza no titulada: hidalgos, infanzones, caballeros).

         La alta nobleza presentaba los siguientes rasgos:

  1. Ejercían altos cargos de gobierno.
  2. Su poder económico se basaba en la posesión de grandes propiedades o señoríos. En sus señoríos disfrutaban de una serie de derechos como derechos territoriales (cobro de rentas a los campesinos que trabajaban las tierras señoriales o utilizaban las tierras comunales como bosques o pastos), derechos de carácter personal (herencia o pernada), derechos sobre monopolios (uso del molino, portazgo, pontazgo, etc.), y derechos jurisdiccionales (nombramiento de las autoridades municipales de un señorío o administración de justicia).



   Una institución relacionada con la alta nobleza fue el mayorazgo. El mayorazgo era una institución jurídica de derecho común que vinculaba al primogénito de una familia nobiliaria con una parte del patrimonio familiar. Esa vinculación era a perpetuidad y ese patrimonio no podía ser vendido. El mayorazgo surgió en el siglo XIII y consolidó el poder económico de la alta nobleza.

   La baja nobleza se caracterizaba por tener  una menor influencia social y política, por disfrutar de rentas procedentes de propiedades rústicas o ganaderas, y por participar en los cargos municipales de gobierno.

  



b.      Clero



   Existía una fuerte jerarquía interna, con grandes diferencias de rentas y posición social entre el alto clero (obispos, abades, etc.) y el bajo clero (párrocos, curas rurales, etc.). La Iglesia poseía un gran número de señoríos obtenidos de la repoblación, de donaciones reales y de disposiciones testamentarias de particulares. Además, la Iglesia recibía el diezmo, es decir, un diez por ciento de las cosechas.





c.       Estado llano (Campesinos, burguesía y grupos marginados o minorías).





  • Campesinos.

  

   Constituían la mayor parte de la población. Existían tres categorías. Por un lado, los libres, grupo reducido que cultivaba sus propias tierras. Por otro, los colonos que trabajaban las tierras de un señor (nobleza, Iglesia o rey) y, a cambio, pagaba un censo o contribución. Por último, los siervos que estaban sujetos al régimen señorial, es decir, los campesinos trabajaban las tierras de los señores. Los siervos pagaban impuestos por trabajar unas tierras que no eran suyas y por la utilización de los servicios comunes del señorío (molinos, graneros, etc.). Además, debían trabajar gratis la tierra del señor un número determinado de días al año (corveas). Estaban adscritos a la tierra, no podían abandonarla salvo cuando se dieran ciertas circunstancias (situación jurídica de semilibertad).



  • Burguesía.



   Grupo social relacionado con el desarrollo de las ciudades y de las actividades económicas urbanas como la artesanía y el comercio. La burguesía estaba dividida en dos grupos. La gran burguesía o patriciado que se dedicaba al comercio al por mayor. Este grupo adquirió una gran influencia social y política en la Corona de Aragón. El otro grupo era el común o gente menuda, cuyos miembros se dedicaban a actividades artesanales y al comercio al por menor.

   Los campesinos y la burguesía protagonizaron revueltas, muy frecuentes a partir del siglo XIV.

   Durante el siglo XIV, en Castilla, se produjeron diversos movimientos antiseñoriales. Fueron dirigidos por las ciudades de realengo que se resistían a caer bajo el poder señorial (donaciones de ciudades realizadas por la dinastía de los Trastámara).

   En la Corona de Aragón se desarrollaron dos conflictos importantes. Los payeses de la remensa (Cataluña) fueron los protagonistas de diversas rebeliones durante los siglos XIV y XV. Los payeses de la remensa eran campesinos adscritos a la tierra, pero podían romper esa vinculación mediante el pago de una cantidad de dinero (remensa). El origen del conflicto fue el intento de los señores de someterles al pago de nuevos impuestos (malos usos). El conflicto se resolvió a través de la Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486), que suprimía los malos usos.

    El enfrentamiento entre la busca (pequeña burguesía) y la biga (gran burguesía) fue el otro gran conflicto. Se desarrolló en Barcelona. Esos dos sectores se disputaban el control del gobierno municipal. La busca quería realizar una serie de reformas par potenciar el comercio y las manufacturas catalanas.





  • Grupos marginados y minorías.



  1. Pobres y vagos. Suponían un importante porcentaje de la población total. Se caracterizaban por realizar trabajos esporádicos, pedir limosna o realizar pequeños hurtos. Eran atendidos por la Iglesia mediante las casas de caridad y los hospitales de pobres.
  2. Mudéjares. Musulmanes que residían en territorio cristiano. Se dedicaban a la artesanía y a la agricultura de regadío. Era un grupo importante en la Corona de Aragón  (Valencia y Aragón).
  3. Judíos. Ocupaban puestos de relevancia en la estructura político-administrativa (tesoreros, juristas, etc.) y ejercían profesiones liberales (médicos, traductores, etc.)

   Mudéjares y judíos fueron objeto de una gran hostilidad por parte de las clases populares. Por ello, surgieron barrios propios en las ciudades (morerías y juderías), y se les obligó a llevar  señas distintivas. Estas medidas provocaron un aumento de las conversiones, dando lugar a los cristianos nuevos o conversos.





5.      Economía.



  • Guerra.



   El botín de guerra tuvo una importante función económica en los primeros siglos de la Edad Media. Se utilizaba para resolver los problemas financieros de los reinos cristianos o de determinados grupos como la nobleza.



  • Agricultura.



   Actividad más importante en la Corona de Aragón que en el reino de Castilla. La  agricultura presentaba las siguientes características:

  • El instrumental agrícola era arcaico.
  • El sistema de cultivo era el barbecho bienal.
  • Los cultivos fundamentales eran los cereales, la vid, el olivo, las legumbres, las manzanas, etc.
  • Era una agricultura de subsistencia, es decir, de autoconsumo. Sólo en las zonas próximas a las ciudades existía una agricultura orientada al mercado.
  • En la Corona de Aragón era importante la agricultura de regadío (cítricos, arroz, etc.) practicada por los mudéjares.
  • La propiedad de la tierra está relacionada con el proceso repoblador. En Aragón, Cataluña, Valencia  y en el norte de Castilla predominaba la pequeña propiedad, en cambio, al sur del Tajo, era mayoritaria la gran propiedad.
  • En el siglo XIV se produce una crisis por las condiciones meteorológicas y por el retroceso demográfico (peste negra y guerras civiles). La puesta en cultivo de nuevas tierras en el siglo XV indica la recuperación de este sector.



  • Ganadería



   Principal actividad económica del reino de Castilla. Razones:

  • Necesita menos mano de obra.
  • La movilidad del ganado facilitaba su defensa en caso de ataque.
  • Proporcionaba grandes beneficios a la nobleza, a la Iglesia y a la Corona.

   El desarrollo ganadero se relaciona con la introducción de la oveja merina (norte de África, siglo XIII), que proporcionaba una lana de gran calidad. Esta materia prima era básica en la economía castellana porque se exportaba a las principales regiones textiles de Europa (Flandes, Inglaterra). El rápido incremento del número de cabezas de ganado indica la importancia del sector (1,5 millones  en el siglo XIV, 5 millones en el siglo XV). Era una ganadería trashumante.

   El Honrado Concejo de la Mesta (1273, Alfonso X) agrupaba a los ganaderos. Esta institución gozó de una gran influencia política y obtuvo numerosos privilegios de la Corona: pastizales, cañadas, derechos de paso, etc. Conservó estos privilegios hasta el siglo XIX.



  • Artesanía y comercio.



   Las actividades artesanales eran variadas: cerámica, tejidos, cuero, armas, etc. Su función era atender la demanda local o regional. El mayor desarrollo artesanal se centraba en ciudades de tradición musulmana. La producción textil era una actividad destacada en ciudades castellanas como Zamora, Toledo, Segovia y Córdoba. Cataluña contaba con una pujante industria textil que exportaba sus productos a otras regiones de Europa.

   Los artesanos se agrupaban en gremios, uno por cada actividad artesanal. Los gremios  vigilaban la calidad de los productos, fijaban los precios y establecían el volumen de producción.

   El comercio fue una actividad impulsada por los reyes porque proporcionaba grandes ingresos. Se concedieron mercados a través de los fueros municipales. El tipo de mercado más importante fueron las ferias. Éstas eran la reunión de comerciantes al por mayor, que se celebraban una o dos veces al año en fechas fijas. La más importante fue la de Medina del Campo (Valladolid).

   Castilla tenía un comercio exterior orientado al  Atlántico y se basaba en la exportación de lana a Flandes. En muchos casos, el comercio estaba controlado por extranjeros (genoveses), que actuaban como banqueros de los reyes.

   El comercio catalán de orientación mediterránea tuvo un gran desarrollo. Se caracterizaba por la exportación de productos manufacturados y la importación de tapices, alfombras, perfumes, especias, oro, marfil, etc.





6.      Características culturales.



·    Se trata de una cultura religiosa. Es una cultura religiosa en plena expansión como lo demuestra la aparición de nuevas órdenes religiosas. En el siglo XII se introdujo en España la Orden del Císter; en el siglo XIII apareció la Orden de los Dominicos y se difundió la de los Franciscanos. Este carácter religioso se manifiesta también en el surgimien­to de las Órdenes Militares. Algunas de ellas eran extranjeras como la del Temple o la del Hospital; otras castellano-leonesas (Calatrava, Alcántara y Santiago) o aragonesas (Montesa).

·    Aparición de las primeras universidades. Fueron potenciadas por los reyes, interesados en difundir el estudio del Derecho Romano. La primera universidad de Castilla fue la de Palencia (1212), posteriormente se fundó la de Salamanca (1218). La primera universidad de Aragón fue la de Lérida (1300). La enseñanza universitaria se centraba en la teología y la filoso­fía.

·    Hasta el siglo XIII se utilizó el latín como lengua culta y oficial. Sin embargo, se consolidaron las lenguas romances. Desde el siglo X aparecen los primeros documentos en castellano (lengua utilizada por los reyes para reafirmar su poder frente a la Iglesia). El catalán tiene un desarrollo posterior (siglo XIII), aunque los primeros escritos aparecieron en el siglo XII. El castellano se configuró como la lengua literaria. En el siglo XII se escribió el Poema del Mío Cid; en el siglo XIII surgió el Mester de Clerecía (Gonzalo de Berceo). La prosa literaria castellana aparece con la obra de Alfonso X. También se escribieron las primeras obras históricas en castellano (Primera Crónica General de España). El gallego fue utilizado en la poesía lírica.

·    Castilla destaca por su papel de asimilar y transmitir el saber islámico y, a través de éste, del clásico. La conquista de Toledo (1085) fue importante porque en el siglo XII surgió la Escuela de Traductores de Toledo. Ésta reunía a representantes de las tres culturas peninsulares (cristianos, musulmanes y judíos) y posibilitó la traducción del árabe al latín de las obras científicas y filosóficas de origen clásico. La Escuela fue apoyada por Alfonso X. En Aragón sobresale la figura del pensador mallorquín Ramón Llull (siglo XII). Autor de obras religiosas y filosóficas escritas en catalán, latín y árabe.

·    A partir del siglo XI se produjeron fuertes influencias culturales y religiosas procedentes de Europa. Estas influencias se debieron al asentamiento de comerciantes y artesanos europeos (francos) a lo largo de las ciudades del Camino de Santiago, y a la presencia franca en la repoblación. La cultura aragonesa de los siglos XIV y XV está influenciada por las corrientes humanistas procedentes de Italia (el pensador más importante fue Auxias March). En Castilla se observa la influencia de corrientes culturales italianas y flamencas. Los autores más destacados son: el infante Juan Manuel, López de Ayala, Marqués de Santillana, Jorge Manrique etc. También destaca el Arcipreste de Hita (Libro del Buen Amor), autor que se inscribe en una corriente más popular.





Tema 6:   El reinado de los Reyes Católicos.





  1. Estructura política.





   Su reinado ha sido presentado como el punto de partida de la unidad nacional de España. Esta idea debe rechazarse por las siguientes razones:



1.      Es sólo una unión dinástica producida por el matrimonio de los titulares de Castilla (Isabel I) y de la Corona de Aragón (Fernando II).

2.      La unión dinástica no supuso la creación de un Estado unificado y centralizado, sino que cada reino mantuvo sus propias peculiaridades: instituciones políticas, aduanas, moneda, sistema jurídico, etc.

3.      Castilla es el principal elemento de esta unión por razones económicas, demográficas y por su mayor extensión territorial. La monarquía de los Reyes Católicos se basó en la primacía de Castilla.



   Los Reyes Católicos realizaron una reforma política con la finalidad de reforzar el poder real. Esta reforma encajaba con la tradición monárquica castellana (monarquía autoritaria) frente a la tradición de la monarquía aragonesa (pactista). El reforzamiento del poder real se hizo a costa de la nobleza. Ésta perdió poder político pero salió reforzada económica y socialmente. Las principales reformas fueron:



§  La creación de la Santa Hermandad (1476), organismo dependiente de los concejos castellanos que tenía funciones judiciales y policiales. Su objetivo era restablecer tras la guerra civil castellana.

§  Reorganización del Consejo Real (Consejo de Castilla). Se reforzó su tendencia a la profesionalización. Fue el principal órgano de gobierno.

§  Fortalecimiento de la Contaduría o Hacienda Real mediante la recuperación de rentas que la Corona había perdido a favor de los nobles a lo largo de los siglos XIV y XV.

§  Potenciación de la figura del corregidor. Se convierte en la principal autoridad judicial, militar en los ayuntamientos. Supuso el fin de la autonomía municipal.

§  Patronato regio. Los Reyes Católicos consiguieron el privilegio de nombrar a los altos cargos eclesiásticos en los nuevos territorios de Granada, Indias y Canarias.







2.      Política peninsular de los Reyes Católicos.





·         La conquista de Granada



   Las fronteras entre Castilla y el Reino de Granada se habían fijado en el siglo XIII. Era un reino tributario de Castilla, es decir, satisfacía parias a cambio del mantenimiento de la paz. La toma de Zahara por lo granadinos en 1481 fue el detonante del conflicto y se prolongó hasta el año 1492. El 2 de enero de 1492, el último rey granadino, Boabdil, rindió la ciudad a las tropas castellanas. Las condiciones de la rendición se recogen en la Capitulación de Granada. En ella, se reconocía a los musulmanes granadinos el respeto a su religión y a sus leyes. El reino fue incorporado Castilla y se concedió el derecho a la ciudad de Granada de enviar procuradores a  las Cortes castellanas. La conquista de Granada permitió la expansión castellana en el norte de África.



·         Reino de Navarra



   Se incorporó a Castilla en el 1512 (segunda regencia de Fernando II, 1507-1516). La justificación fue que Navarra había desarrollado una política exterior profrancesa en un momento en que Castilla y Francia se enfrentaban en Italia. El riesgo de una acción militar francesa a través de Navarra motivó la intervención de Fernando II. Navarra conservó sus  fueros, su moneda, sus Cortes y otras instituciones particulares.



·         Canarias.



   Territorio en disputa con Portugal desde el siglo XIV. Los Reyes Católicos incorporaron el archipiélago canario a Castilla. El proceso se completó en 1496. Las Canarias se convirtieron en un enclave fundamental en las rutas marítimas hacia las Indias.



·         Cerdaña y Rosellón.



   Estos territorios habían pertenecido hasta el siglo XIII a la Corona de Aragón. En 1493 se firmó el Tratado de Barcelona, por el que Francia (Carlos VIII) devolvía estos territorios a cambio de la neutralidad hispana en Italia.





3.      Política exterior.





   Hasta el reinado de los Reyes Católicos, la política exterior castellana poco activa. La razón era su posición central en la península con fronteras comunes con todos los reinos peninsulares. Su política exterior se había caracterizado por mantener buenas relaciones con Francia. Por su parte, la Corona de Aragón había desarrollado una gran actividad en el Mediterráneo, estableciéndose en Italia. Esto provocó su enfrentamiento con Francia. La unión castellano-aragonesa supuso que Castilla asumiese la política exterior aragonesa. La Corona de Aragón no era un rival capaz de enfrentarse con éxito a Francia, en cambio, Castilla era una potencia militar de primer orden.

   La principal consecuencia de la expansión exterior fue la creación del Imperio Hispánico que se extendía desde Italia a Centroamérica.





·         Norte de África.



   El temor a las incursiones berberiscas y turcas fue el motivo que esgrimieron los Reyes Católicos para ampliar su zona de influencia en el norte de África. En 1497  se conquistaba Melilla; en 1509 Orán y establecieron protectorados sobre Argel, Túnez y Trípoli. El objetivo era la ocupación efectiva del norte de África. Sin embargo, la derrota del ejército castellano en la isla de Gelves (1511) tuvo como consecuencia que la presencia española se limitara sólo a unas cuantas plazas fuertes en la costa africana. 





·         Italia



   Estaba dividida en pequeños reinos, ducados, condados y ciudades libres que ponían a esta península en una situación de debilidad política frente a las ambiciones territoriales de los Estados vecinos. La Corona de Aragón controlaba Cerdeña y Sicilia. Nápoles desde finales del siglo XV era gobernado por una rama bastarda del rey Alfonso V. Fueron estas ambiciones las que conducirían a Francia y a la Monarquía Hispánica a sucesivas guerras. Estas comenzaron con la invasión de Nápoles por Carlos VIII de Francia (1495). La reacción de Fernando fue la formación de la Liga Santa (Monarquía Hispánica, Papado, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Milán y Venecia). Las campañas militares de Gonzalo Fernández de Córdoba, más tarde conocido como el Gran Capitán, lograron la retirada de Francia y la ocupación de Nápoles. Luis  XII, sucesor de Carlos VIII, firmó con Fernando el Católico el Tratado de Granada (1500), tratado que supuso el reparto de Nápoles. Las dificultades de interpretación de este tratado provocaron una nueva guerra (victorias del Gran Capitán en las batallas de Ceriñola y de Garellano), que significaron la incorporación de Nápoles a la Corona de Aragón en el 1505.





·         Política matrimonial.



   Fue un instrumento más de la política exterior. Sus hijas fueron casadas con los principales herederos de los Estados europeos:

§  Isabel con el monarca portugués Manuel el Afortunado.

§  Catalina con Enrique VIII de Inglaterra.

§  Juana con Felipe de Borgoña, hijo del Maximiliano, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

   Estos matrimonios tenían como objetivo aislar políticamente a Francia.





·         Expansión atlántica.



   El planteamiento de Colón (acortar la ruta hacia Asia por el Oeste) no fue original, ya que desde los griegos se había demostrado la esfericidad de la Tierra. Los planes de la expedición fueron presentados por primera vez al rey de Portugal, pero dada su falta de interés y de confianza en semejante empresa, Colón decidió buscar patrocinadores en los monarcas españoles, quienes se encontraban terminando la conquista de Granada. La presión ejercida por un grupo de cortesanos próximos a los reyes, así como el apoyo de los franciscanos de La Rábida, posibilitaron la financiación del proyecto. En virtud de las Capitulaciones de Santa Fe  (17 de abril de 1492), Colón era nombrado almirante, virrey de las tierras descubiertas y obtenía el diez por ciento de las riquezas. Colón salió de Palos el 3 de agosto de 1492 y, tras una dura travesía, llegó al continente americano el 12 de octubre de 1492 (isla de Guanahaní, la actual San Salvador). El descubrimiento de América hizo posible que la Monarquía Hispánica adquiriera dimensiones universales.

           



4.      Estructura socioeconómica.



·         Sociedad.



o   Castilla tenía a finales del siglo XV cinco millones de habitantes, además su población estaba en expansión. Por el contrario, la Corona de Aragón tenía 850000 habitantes, y su demografía era recesiva. Durante el reinado de los Reyes Católicos, la población disminuyó como consecuencia de la expulsión de los judíos (70000/100000), las hambrunas, las epidemias y la emigración hacia las Indias.

o   Fortalecimiento de la posición socioeconómica de la alta nobleza. Se aprecia en la aparición de nuevos títulos nobiliarios (como los ducados de Nájera, Infantado, Gandía, etc.), la obtención de rentas reales, la consolidación del mayorazgo (leyes de Toro de 1505), y la creación de nuevos señoríos gracias a la apropiación de tierras comunales.

o   Solución del conflicto de los payeses de la remensa mediante la Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486), que supuso la supresión de los malos usos.



·         Economía.

  

   La economía se basaba en dos sectores fundamentales, la ganadería y la exportación de materias primas.

   Los Reyes Católicos concedieron numerosos privilegios a la Mesta (ampliación de las cañadas, prohibición del cercamiento de los campos de cultivo, etc.). Estos privilegios se conocen como leyes del hambre porque impidieron el desarrollo agrícola.

   El comercio se caracterizaba por la exportación de materias primas (hierro y lana). Existían tres importantes ejes comerciales. El eje Burgos-Bilbao que dirigía sus exportaciones hacia Flandes e Inglaterra, el eje Sevilla-Canarias-América de gran importancia posterior, y el eje Cataluña-Oriente (productos de lujo).





5.      Política religiosa





   Dos medidas de gran trascendencia histórica: la creación del Tribunal de la  Santa Inquisición y la expulsión de los judíos.

   Estas medidas tenían una finalidad política: identificar la comunidad política sobre la que se gobierna con una determinada religión. El que profesa otra religión es considerado como un posible opositor político.



o   La creación del Tribunal de la Inquisición se relaciona con la creciente hostilidad popular hacia los  conversos (bautizados a los que se acusaba de mantener sus antiguas prácticas religiosas). El papa Sixto IV, en 1478, permitió el nombramiento de inquisidores. El Tribunal estaba dirigido por la Corona, a través del  Consejo de la Inquisición y de la designación del Inquisidor General. El primer tribunal empezó a funcionar en el año 1480 en Sevilla (había dictado setecientas condenas a muerte en 1488). Los métodos utilizados por el Tribunal de la Inquisión fueron la tortura y la denuncia anónima.

o   La expulsión de los judíos  se hizo mediante la aprobación de la Pragmática de 31 de marzo de 1492. Esta ley daba un plazo de cuatro meses para bautizarse o abandonar el reino. Aunque es imposible conocer las cifras exactas, se calcula un número que varía entre 70000 y 100000 judíos abandonaron el reino.



   Otra minoría religiosa la formaban los mudéjares, musulmanes que residían en territorio cristiano. La Pragmática Real de 1502 decretó su expulsión o conversión. Los conversos son los llamados moriscos. Este grupo fue expulsado a comienzos del siglo XVII.











Tema 6:   La España del siglo XVI.                                                                                     









  1. Introducción.





   Una de las características del siglo XVI fue la llegada al trono de la Monarquía Hispánica de una nueva dinastía, los Habsburgo o Austrias. Los reyes del siglo XVI son los llamados Austrias mayores: Carlos I y Felipe II.

   Un hecho de gran importancia histórica fue la enorme herencia territorial que recibió Carlos I (hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso), consecuencia de la política matrimonial practicada por los Reyes Católicos. La herencia materna consistió en el Reino de Castilla, las Indias, Canarias, las plazas en el norte de África, la Corona de Aragón, Cerdeña, Sicilia y Nápoles. Por otro lado, la herencia paterna se componía de los Países Bajos, Luxemburgo, Franco-Condado, los Estados patrimoniales de la Casa de Austria y los derechos al trono del Sacro Imperio Romano Germánico.







  1. Estructura política.





   La Monarquía Hispánica era supranacional. Cada reino (Castilla, Corona de Aragón y Portugal) conservaba sus instituciones, leyes, moneda, etc. El sistema de gobierno se caracterizaba por la intervención personal del monarca en los asuntos castellanos (Madrid, capital desde 1561), mientras que los virreyes representaban al rey en otros territorios. El sistema planteaba conflictos, apareciendo los consejos para auxiliar al monarca en las tareas de gobierno. Los consejos eran de dos clases:



  • Consejos especializados. Se ocupaban de materias concretas. El más importante fue el Consejo de Estado. Creado por Carlos I, fue el único órgano competente en todos los territorios que constituían la Monarquía Hispánica. Era presidido por el monarca y le aconsejaba en asuntos fundamentales como la política exterior, la guerra, la negociación  de tratados internacionales, etc. Otros consejos especializados fueron el Consejo de Hacienda, el Consejo de la Inquisición, etc.
  • Consejos territoriales. Encargados de los asuntos de un determinado territorio. Consejo de Aragón, Consejo de Navarra, Consejo de Indias, Consejo de Italia, Consejo de Flandes y Consejo de Portugal.

  

   El sistema se completaba con la figura de los secretarios de los consejos, intermediarios entre el monarca y el consejo correspondiente. El secretario del Consejo de Estado era también el secretario personal del rey, es decir, tenía una gran influencia política. Gattinara, Francisco de los Cobos, Granvela o Antonio Pérez fueron secretarios personales de los monarcas del siglo XVI.





  1. Política exterior.





   La llegada al trono de Carlos I modificó la política exterior de la Monarquía Hispánica, que dejó de ser mediterránea (centrada en Italia) y se convirtió en europea. Esta política no respondía a los intereses de la Monarquía Hispánica, sino a los intereses personales del rey. Carlos I, elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1519, intervino en el Imperio para mantener la unidad cristiana amenazada por la reforma protestante.

   Los principales objetivos eran dos:

  • Detener el avance turco en el este de Europa y en el Mediterráneo.
  • Frenar el proceso de desintegración de la unidad cristiana europea.



   Felipe II, aunque no fue emperador, recogió la herencia de su padre, y continuó la política exterior de su padre.

   La política exterior desarrollada por los Austrias Mayores condujo al enfrentamiento con Francia e Inglaterra (opuestos a la hegemonía de los Habsburgo en Europa) y con Venecia y el Papado (recelo ante la penetración hispana en Italia).



   La política exterior desarrollada durante el reinado de Carlos I fue la siguiente:



  • Alianza con Portugal. Carlos I contrajo matrimonio con Isabel de Portugal (1526). Felipe II heredó el trono de Portugal en 1581.



  • Enfrentamiento con Francia, provocado por el control del Milanesado. El Milanesado era un punto clave para las comunicaciones entre los diversos territorios hispanos en Europa. La Paz de Cambray (1529) puso fin al conflicto. La Monarquía Hispánica se hizo con el control del Milanesado, mientras que Carlos I renunciaba al ducado de Borgoña.



  • Política mediterránea. Ocupación de Túnez para frenar el avance turco por el Mediterráneo occidental.



  • Política alemana. En un primer momento, Carlos I intentó la reconciliación entre católicos y luteranos (Dieta de Ausgburgo, 1530), pero fracasó. El conflicto continuó hasta la firma de la Paz de Ausgsburgo (1555), que establecía la libertad de los príncipes alemanes para elegir la religión e imponerla a sus súbditos. Esta paz provocó la abdicación de Carlos I en 1556.



  • Política italiana. En Italia se diferencian tres tipos de territorios. Los sometidos a la autoridad hispana desde el reinado de los Reyes Católicos o antes (Nápoles, Cerdeña y Sicilia), los de dominio reciente o de influencia hispana (Saboya, Génova), y los Estados antihispanos (Venecia, Papado).





   Felipe II subió al trono en un momento de gran tensión internacional, porque la celebración del Concilio de Trento (1545-1563) no favoreció la reconciliación entre católicos y protestantes. El Concilio reafirmó las tesis de la Iglesia Católica, y la Monarquía Hispánica fue la gran defensora del catolicismo. Su política exterior presenta las siguientes características:



  • Política mediterránea. Túnez y Chipre, entre los años 1560 y 1570, pasaron a poder turco. La respuesta de Felipe II fue la formación de la Santa Liga, integrada por la Monarquía Hispánica, el Papado y Venecia. Esta alianza derrotó a los turcos en la Batalla naval de Lepanto (7 de octubre de 1571), que puso fin al avance turco por el Mediterráneo occidental.



  • Inglaterra. Felipe II fue rey consorte de Inglaterra por su matrimonio con María Tudor. La subida al trono de Isabel I convirtió a Inglaterra en una de las principales rivales de la Monarquía Hispánica. Isabel I apoyó a los rebeldes flamencos, mientras que Felipe II hizo lo mismo con los rebeldes católicos ingleses. Felipe II decidió invadir Inglaterra mediante la denominada Armada Invencible en el año 1588 (150 barcos y 30000 hombres). Las condiciones meteorológicas adversas impidieron que se cumpliera ese objetivo.



  • Intervención en los asuntos internos de Francia. Felipe II, aprovechando la crisis interna francesa debida al enfrentamiento por la sucesión de la corona, reclamó el trono de Francia para su hija Clara Isabel Eugenia (Felipe II había contraído matrimonio con Isabel de Francia). Los conflictos continuaron hasta la firma de la Paz de Vervins (1598), por la que la Monarquía Hispánica renunciaba a Borgoña y Francia renunciaba a la Navarra española.





  • Países Bajos. Fue el principal problema de la política exterior del siglo XVI. Era una zona de gran desarrollo económico basado en la existencia de una importante industria textil. Los Países Bajos presentaban dos problemas. Por un lado, la oposición de la burguesía flamenca a la política desarrollada por Felipe II. Por otro lado, una parte de la población era protestante. El saqueo de algunas iglesias católicas (1566) provocó la reacción de Felipe II, nombrando gobernador al duque de Alba (Fernando Álvarez de Toledo). Su acción de gobierno se caracterizó por la durísima represión que se manifestó en la creación del Tribunal de los Tumultos (conocido popularmente como Tribunal de la Sangre por el gran número de condenas a muerte que dictó). Esta política extendió la revuelta, y se convirtió en un enfrentamiento abierto. Los flamencos fueron dirigidos por Guillermo de Orange, y contaron con el apoyo de Inglaterra, de los protestantes alemanes y de los hugonotes franceses. Finalmente, las provincias católicas del sur constituyeron la Unión de Arrás (1579), y las provincias protestantes del norte la Unión de Utrecht (1579), éstas actuaron de forma independiente. El conflicto continuó durante el siglo XVII.      





  1. Conflictos internos.





   Los conflictos que se desarrollaron durante el reinado de Carlos I fueron:



  • Movimiento Comunero (1520-1521). Fue un movimiento político de carácter ciudadano que se desarrolló en Castilla, en respuesta a la política desarrollada por Carlos I durante los primeros años de su reinado: nombramiento de consejeros extranjeros, designación de Adriano de Utrecht como regente de Castilla, petición de subsidios a las Cortes para financiar su elección como emperador alemán, etc. El movimiento fue dirigido por las clases urbanas (pequeña nobleza, burguesía y bajo clero), se inició en Toledo y se extendió a otras ciudades castellanas como Segovia, Salamanca, León, etc. Estas ciudades formaron la llamada Junta Santa. El movimiento derivó en una verdadera revuelta antinobiliaria, por lo que la nobleza apoyó a Carlos I. Los comuneros fueron derrotados en Villamar (Valladolid, 1521), y sus principales líderes ejecutados (Padilla, Bravo, Maldonado). 



  • Germanías. Eran milicias gremiales creadas en Valencia y Mallorca para defenderse de los ataques de los piratas berberiscos. En Valencia, la peste y los ataques de los piratas berberiscos hicieron que la nobleza abandonara la ciudad en 1519. Las germanías se hicieron con el control y se inició una verdadera revuelta antiseñorial que continuó hasta el año 1523 (intervención del ejército real). En Mallorca la revuelta se desarrolló entre los años 1521 y 1523.



   Los conflictos del reinado de Felipe II fueron los siguientes:



  • Rebelión de los moriscos de las Alpujarras (1568-1570). Los moriscos eran antiguos musulmanes a los que la Pragmática de 1502 había obligado a convertirse al catolicismo. Sin embargo, este grupo  planteaba dos problemas. Por un lado, era una minoría de difícil integración social. Por otro, el gobierno estaba preocupado por la posibilidad de que apoyaran una invasión turca en Levante y Andalucía. La sublevación se produjo por la mala situación económica (subida de los precios de productos básicos). La derrota de los moriscos significó su deportación a Castilla y, en el siglo XVII (1609-1610), se decretó su expulsión.



  • Revuelta de Aragón (1591-1592). Se produjo por el asilo que los zaragozanos concedieron a Antonio Pérez, antiguo secretario de  Felipe II, que había escapado de Madrid  acusado de asesinato y vender secretos de Estado. Se refugió en Zaragoza, amparándose en las leyes tradicionales aragonesas. El conflicto finalizó con la ocupación de Zaragoza por el ejército real, y la ejecución del Justicia de Aragón (Juan de Laniza). Desde ese momento, la Monarquía Hispánica obtuvo el poder de nombrar al Justicia de Aragón, es decir, se produjo una restricción de las leyes tradicionales aragonesas. Antonio Pérez logró huir y se refugió en Inglaterra.







  1. Características económicas y sociales.





      Durante el siglo XVI, se produjeron dos importantes fenómenos económicos:



  • Revolución de los precios (inflación). Fue una subida constante y continuada de los precios provocada por el aumento de la circulación monetaria (llegada de los metales preciosos americanos), la apertura de un nuevo mercado (América) y el crecimiento de la población. En definitiva, hubo un aumento de la demanda que no se correspondió con un incremento de la oferta, lo que motivó la subida de los precios.
  • Endeudamiento de la Corona. Se debió a la financiación de la política exterior de los Austrias  (intervención en numerosas guerras). La financiación se obtenía de los préstamos de banqueros privados y de la venta de juros (títulos de deuda pública). Estos recursos no fueron suficientes y Felipe II declaró tres bancarrotas en 1557, 1575 y 1596.



   Las características sociales más destacadas fueron el aumento demográfico (ocho millones a finales del siglo XVI); la concentración de la mayor parte de la población en Castilla (80%); el fuerte crecimiento de la población urbana (Sevilla 120000 habitantes, Toledo y Valencia 60000 habitantes); el aumento del clero, y el deseo de la burguesía de ennoblecerse. 







Tema 7:  Expansión ultramarina y creación del imperio colonial.





1. El Descubrimiento de América.

  

   El planteamiento de Colón (acortar la ruta hacia Asia por el Oeste) no fue original, ya que desde los griegos se había demostrado la esfericidad de la Tierra. Los planes de la expedición fueron presentados por primera vez al rey de Portugal, pero dada su falta de interés y de confianza en semejante empresa, Colón decidió buscar patrocinadores en los monarcas españoles, quienes se encontraban terminando la conquista de Granada. La presión ejercida por un grupo de cortesanos próximos a los reyes, así como el apoyo de los franciscanos de La Rábida, posibilitaron la financiación del proyecto. En virtud de las Capitulaciones de Santa Fe  (17 de abril de 1492), Colón era nombrado almirante, virrey de las tierras descubiertas y obtenía el diez por ciento de las riquezas. Colón salió de Palos el 3 de agosto de 1492 y, tras una dura travesía, llegó al continente americano el 12 de octubre de 1492 (isla de Guanahaní, hoy San Salvador). El descubrimiento de América hizo posible que la Monarquía Hispánica adquiriera dimensiones universales.





2. Conquista y colonización.



   Los hechos más significativos de la conquista fueron:

  • Conquista del Imperio Azteca. Hernán Cortés. Entre 1519-1521.
  • Conquista del Imperio Inca. Francisco de Pizarro y Diego de Almagro. Entre 1531-1533.
  • Las expediciones de Orellana (Amazonas), Valdivia (Chile), Hernando de Soto (Mississippi), etc. permitieron la exploración de gran parte de la América hispana.

   Las principales consecuencias de la conquista para la población indígena fueron el descenso demográfico por las guerras, las nuevas enfermedades, las duras condiciones de trabajo, y la destrucción de sus formas tradicionales de vida.

   Los sistemas de explotación fueron:

  • La encomienda. Asignación a un encomendero de un número determinado de indios para que trabajasen para él o le pagasen tributos. A cambio, debía protegerlos y evangelizarlos.
  • La mita. Sistema de trabajo forzado que se utilizaba par la explotación de las minas de oro y plata.

   Estos sistemas provocaron la reacción de Fray Bartolomé de las Casas (Brevísima relación de la destrucción de las Indias, 1552), que defendió los derechos de los indios y criticó duramente los abusos cometidos por los españoles.





3. Gobierno y administración. 



   Los principales órganos de gobierno de las Indias fueron:

  • Casa de Contratación de Sevilla (1503. Reyes Católicos). Organizaba y controlaba el comercio y la navegación con América: inspección de navíos, recaudación de impuestos, formación de pilotos, etc.
  • Consejo de Indias (1523, Carlos I). Tenían jurisdicción sobre todos los territorios y organismos americanos, incluida la Casa de Contratación de Sevilla. Sus principales funciones eran: el nombramiento de cargos, la elaboración de la legislación, etc.

   La estructura administrativa era la siguiente:

  • Virreinatos: Nueva España (1535) y Perú (1544). Dirigidos por un virrey (representante del rey en estos territorios).
  • Gobernaciones (provincias). Regidas por gobernadores subordinados a los virreyes. Las provincias fronterizas se denominaban capitanías generales.
  • Corregimientos. Agrupación de una ciudad y el territorio circundante. Dirigidos por un corregidor.
  • Audiencias. Tribunales superiores de justicia.
  • Cabildos o ayuntamientos. Estructura similar a la de los municipios castellanos.

 



4. Impacto de América en España. 



  • Revolución de los precios (inflación). Fue una subida constante y continuada de los precios provocada por el aumento de la circulación monetaria (llegada de los metales preciosos americanos), la apertura de un nuevo mercado (América) y el crecimiento de la población. En definitiva, hubo un aumento de la demanda que no se correspondió con un incremento de la oferta, lo que motivó la subida de los precios.
  • Desplazamiento de las rutas comerciales: el Atlántico desplazó al Mediterráneo como centro comercial más importante. Los puertos más importantes se situaron en el Atlántico: Cádiz, Sevilla y Lisboa.
  • Intercambio de productos agrícolas y ganaderos.  Llegan a España  los siguientes productos: patata, maíz, cacao, pimiento, tomate, tabaco, vainilla, judía verde, calabaza y pavo.
  • América se convirtió en la principal zona para la emigra­ción de población española, produciéndose una mezcla racial (mestizaje): mestizos (blanco/indio), zambo (negro/india) y mulatos (blanco/negro).









Tema 8:  La España del siglo XVI.                                                                                     







1.      Introducción.





   Una de las características del siglo XVI fue la llegada al trono de la Monarquía Hispánica de una nueva dinastía, los Habsburgo o Austrias. Los reyes del siglo XVI son los llamados Austrias mayores: Carlos I y Felipe II.

   Un hecho de gran importancia histórica fue la enorme herencia territorial que recibió Carlos I (hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso), consecuencia de la política matrimonial practicada por los Reyes Católicos. La herencia materna consistió en el Reino de Castilla, las Indias, Canarias, las plazas en el norte de África, la Corona de Aragón, Cerdeña, Sicilia y Nápoles. Por otro lado, la herencia paterna se componía de los Países Bajos, Luxemburgo, Franco-Condado, los Estados patrimoniales de la Casa de Austria y los derechos al trono del Sacro Imperio Romano Germánico.







2.      Estructura política.





   La Monarquía Hispánica era supranacional. Cada reino (Castilla, Corona de Aragón y Portugal) conservaba sus instituciones, leyes, moneda, etc. El sistema de gobierno se caracterizaba por la intervención personal del monarca en los asuntos castellanos (Madrid, capital desde 1561), mientras que los virreyes representaban al rey en otros territorios. El sistema planteaba conflictos, apareciendo los consejos para auxiliar al monarca en las tareas de gobierno. Los consejos eran de dos clases:



  • Consejos especializados. Se ocupaban de materias concretas. El más importante fue el Consejo de Estado. Creado por Carlos I, fue el único órgano competente en todos los territorios que constituían la Monarquía Hispánica. Era presidido por el monarca y le aconsejaba en asuntos fundamentales como la política exterior, la guerra, la negociación  de tratados internacionales, etc. Otros consejos especializados fueron el Consejo de Hacienda, el Consejo de la Inquisición, etc.
  • Consejos territoriales. Encargados de los asuntos de un determinado territorio. Consejo de Aragón, Consejo de Navarra, Consejo de Indias, Consejo de Italia, Consejo de Flandes y Consejo de Portugal.

  

   El sistema se completaba con la figura de los secretarios de los consejos, intermediarios entre el monarca y el consejo correspondiente. El secretario del Consejo de Estado era también el secretario personal del rey, es decir, tenía una gran influencia política. Gattinara, Francisco de los Cobos, Granvela o Antonio Pérez fueron secretarios personales de los monarcas del siglo XVI.





3.      Política exterior.





   La llegada al trono de Carlos I modificó la política exterior de la Monarquía Hispánica, que dejó de ser mediterránea (centrada en Italia) y se convirtió en europea. Esta política no respondía a los intereses de la Monarquía Hispánica, sino a los intereses personales del rey. Carlos I, elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1519, intervino en el Imperio para mantener la unidad cristiana amenazada por la reforma protestante.

   Los principales objetivos eran dos:

  • Detener el avance turco en el este de Europa y en el Mediterráneo.
  • Frenar el proceso de desintegración de la unidad cristiana europea.



   Felipe II, aunque no fue emperador, recogió la herencia de su padre, y continuó la política exterior de su padre.

   La política exterior desarrollada por los Austrias Mayores condujo al enfrentamiento con Francia e Inglaterra (opuestos a la hegemonía de los Habsburgo en Europa) y con Venecia y el Papado (recelo ante la penetración hispana en Italia).



   La política exterior desarrollada durante el reinado de Carlos I fue la siguiente:



  • Alianza con Portugal. Carlos I contrajo matrimonio con Isabel de Portugal (1526). Felipe II heredó el trono de Portugal en 1581.



  • Enfrentamiento con Francia, provocado por el control del Milanesado. El Milanesado era un punto clave para las comunicaciones entre los diversos territorios hispanos en Europa. La Paz de Cambray (1529) puso fin al conflicto. La Monarquía Hispánica se hizo con el control del Milanesado, mientras que Carlos I renunciaba al ducado de Borgoña.



  • Política mediterránea. Ocupación de Túnez para frenar el avance turco por el Mediterráneo occidental.



  • Política alemana. En un primer momento, Carlos I intentó la reconciliación entre católicos y luteranos (Dieta de Ausgburgo, 1530), pero fracasó. El conflicto continuó hasta la firma de la Paz de Ausgsburgo (1555), que establecía la libertad de los príncipes alemanes para elegir la religión e imponerla a sus súbditos. Esta paz provocó la abdicación de Carlos I en 1556.



  • Política italiana. En Italia se diferencian tres tipos de territorios. Los sometidos a la autoridad hispana desde el reinado de los Reyes Católicos o antes (Nápoles, Cerdeña y Sicilia), los de dominio reciente o de influencia hispana (Saboya, Génova), y los Estados antihispanos (Venecia, Papado).





   Felipe II subió al trono en un momento de gran tensión internacional, porque la celebración del Concilio de Trento (1545-1563) no favoreció la reconciliación entre católicos y protestantes. El Concilio reafirmó las tesis de la Iglesia Católica, y la Monarquía Hispánica fue la gran defensora del catolicismo. Su política exterior presenta las siguientes características:



  • Política mediterránea. Túnez y Chipre, entre los años 1560 y 1570, pasaron a poder turco. La respuesta de Felipe II fue la formación de la Santa Liga, integrada por la Monarquía Hispánica, el Papado y Venecia. Esta alianza derrotó a los turcos en la Batalla naval de Lepanto (7 de octubre de 1571), que puso fin al avance turco por el Mediterráneo occidental.



  • Inglaterra. Felipe II fue rey consorte de Inglaterra por su matrimonio con María Tudor. La subida al trono de Isabel I convirtió a Inglaterra en una de las principales rivales de la Monarquía Hispánica. Isabel I apoyó a los rebeldes flamencos, mientras que Felipe II hizo lo mismo con los rebeldes católicos ingleses. Felipe II decidió invadir Inglaterra mediante la denominada Armada Invencible en el año 1588 (150 barcos y 30000 hombres). Las condiciones meteorológicas adversas impidieron que se cumpliera ese objetivo.



  • Intervención en los asuntos internos de Francia. Felipe II, aprovechando la crisis interna francesa debida al enfrentamiento por la sucesión de la corona, reclamó el trono de Francia para su hija Clara Isabel Eugenia (Felipe II había contraído matrimonio con Isabel de Francia). Los conflictos continuaron hasta la firma de la Paz de Vervins (1598), por la que la Monarquía Hispánica renunciaba a Borgoña y Francia renunciaba a la Navarra española.





  • Países Bajos. Fue el principal problema de la política exterior del siglo XVI. Era una zona de gran desarrollo económico basado en la existencia de una importante industria textil. Los Países Bajos presentaban dos problemas. Por un lado, la oposición de la burguesía flamenca a la política desarrollada por Felipe II. Por otro lado, una parte de la población era protestante. El saqueo de algunas iglesias católicas (1566) provocó la reacción de Felipe II, nombrando gobernador al duque de Alba (Fernando Álvarez de Toledo). Su acción de gobierno se caracterizó por la durísima represión que se manifestó en la creación del Tribunal de los Tumultos (conocido popularmente como Tribunal de la Sangre por el gran número de condenas a muerte que dictó). Esta política extendió la revuelta, y se convirtió en un enfrentamiento abierto. Los flamencos fueron dirigidos por Guillermo de Orange, y contaron con el apoyo de Inglaterra, de los protestantes alemanes y de los hugonotes franceses. Finalmente, las provincias católicas del sur constituyeron la Unión de Arrás (1579), y las provincias protestantes del norte la Unión de Utrecht (1579), éstas actuaron de forma independiente. El conflicto continuó durante el siglo XVII.      





4.      Conflictos internos.





   Los conflictos que se desarrollaron durante el reinado de Carlos I fueron:



  • Movimiento Comunero (1520-1521). Fue un movimiento político de carácter ciudadano que se desarrolló en Castilla, en respuesta a la política desarrollada por Carlos I durante los primeros años de su reinado: nombramiento de consejeros extranjeros, designación de Adriano de Utrecht como regente de Castilla, petición de subsidios a las Cortes para financiar su elección como emperador alemán, etc. El movimiento fue dirigido por las clases urbanas (pequeña nobleza, burguesía y bajo clero), se inició en Toledo y se extendió a otras ciudades castellanas como Segovia, Salamanca, León, etc. Estas ciudades formaron la llamada Junta Santa. El movimiento derivó en una verdadera revuelta antinobiliaria, por lo que la nobleza apoyó a Carlos I. Los comuneros fueron derrotados en Villamar (Valladolid, 1521), y sus principales líderes ejecutados (Padilla, Bravo, Maldonado). 



  • Germanías. Eran milicias gremiales creadas en Valencia y Mallorca para defenderse de los ataques de los piratas berberiscos. En Valencia, la peste y los ataques de los piratas berberiscos hicieron que la nobleza abandonara la ciudad en 1519. Las germanías se hicieron con el control y se inició una verdadera revuelta antiseñorial que continuó hasta el año 1523 (intervención del ejército real). En Mallorca la revuelta se desarrolló entre los años 1521 y 1523.



   Los conflictos del reinado de Felipe II fueron los siguientes:



  • Rebelión de los moriscos de las Alpujarras (1568-1570). Los moriscos eran antiguos musulmanes a los que la Pragmática de 1502 había obligado a convertirse al catolicismo. Sin embargo, este grupo  planteaba dos problemas. Por un lado, era una minoría de difícil integración social. Por otro, el gobierno estaba preocupado por la posibilidad de que apoyaran una invasión turca en Levante y Andalucía. La sublevación se produjo por la mala situación económica (subida de los precios de productos básicos). La derrota de los moriscos significó su deportación a Castilla y, en el siglo XVII (1609-1610), se decretó su expulsión.



  • Revuelta de Aragón (1591-1592). Se produjo por el asilo que los zaragozanos concedieron a Antonio Pérez, antiguo secretario de  Felipe II, que había escapado de Madrid  acusado de asesinato y vender secretos de Estado. Se refugió en Zaragoza, amparándose en las leyes tradicionales aragonesas. El conflicto finalizó con la ocupación de Zaragoza por el ejército real, y la ejecución del Justicia de Aragón (Juan de Laniza). Desde ese momento, la Monarquía Hispánica obtuvo el poder de nombrar al Justicia de Aragón, es decir, se produjo una restricción de las leyes tradicionales aragonesas. Antonio Pérez logró huir y se refugió en Inglaterra.







5.      Características económicas y sociales.





      Durante el siglo XVI, se produjeron dos importantes fenómenos económicos:



  • Revolución de los precios (inflación). Fue una subida constante y continuada de los precios provocada por el aumento de la circulación monetaria (llegada de los metales preciosos americanos), la apertura de un nuevo mercado (América) y el crecimiento de la población. En definitiva, hubo un aumento de la demanda que no se correspondió con un incremento de la oferta, lo que motivó la subida de los precios.
  • Endeudamiento de la Corona. Se debió a la financiación de la política exterior de los Austrias  (intervención en numerosas guerras). La financiación se obtenía de los préstamos de banqueros privados y de la venta de juros (títulos de deuda pública). Estos recursos no fueron suficientes y Felipe II declaró tres bancarrotas en 1557, 1575 y 1596.



   Las características sociales más destacadas fueron el aumento demográfico (ocho millones a finales del siglo XVI); la concentración de la mayor parte de la población en Castilla (80%); el fuerte crecimiento de la población urbana (Sevilla 120000 habitantes, Toledo y Valencia 60000 habitantes); el aumento del clero, y el deseo de la burguesía de ennoblecerse. 







6.      Cultura y mentalidades. La Inquisición.





   Durante el reinado de Carlos I penetraron en España las corrientes intelectuales más modernas, especialmente el humanismo erasmista. Los humanistas más destacados son Juan Luis Vives y los hermanos Valdés. Se desarrollan  las teorías jurídicas de Francisco de Vitoria y Francisco Suárez, creadores del Derecho Internacional. En el campo científico destacan la fundación de la Academia de Matemáticas (1582) y la obra del médico Miguel Servet (descubridor de la circulación pulmonar).En la literatura, se desarrolla la poesía lírica de influencia italiana (Garcilaso de la Vega, Juan Boscán); de la poesía mística (Teresa de Jesús y Juan de la Cruz); de la poesía ascética (Fray Luis de León). En el teatro se produce la transición entre las formas medievales y el teatro moderno (Juan del Encina, Lope de Rueda). En el campo de la novela, destaca una obra maestra de la novela castellana, El lazarillo de Tormes.

  

   El Tribunal de la Inquisición en Castilla fue autorizado por el papa Sixto IV en 1478 durante el reinado de los Reyes Católicos. Su creación se relaciona con la creciente hostilidad popular hacia los conversos (bautizados a los que se acusaba de mantener sus antiguas prácticas religiosas). El Tribunal estaba dirigido por la Corona, a través del  Consejo de la Inquisición y de la designación del Inquisidor General. Los métodos utilizados por el Tribunal de la Inquisición fueron la tortura y la denuncia anónima. Felipe II utilizó el Tribunal de la Inquisición como instrumento de represión interna (persecución de las comunidades protestantes de Valladolid y Sevilla, etc.). Felipe II, apoyándose en la Inquisición, reforzó la intolerancia religiosa iniciada por los Reyes Católicos.









Tema 9:   La España del siglo XVII.                                                                                     







  1. Introducción.





   Los reyes del siglo XVII son los llamados Austrias menores.

  • Felipe III (1598-1621). Su reinado se caracteriza por el cambio de la política exterior, tratando de poner fin a los conflictos en los que la Monarquía Hispánica participaba. La razón fue el inicio de la crisis económica del siglo XVII.
  • Felipe IV (1621-1665). Tuvo que hacer frente a una guerra europea generalizada (Guerra de los Treinta Años), a  problemas internos (revueltas de Portugal y Cataluña), y a la gravísima situación económica.
  • Carlos II (1665-1700). La derrota militar hispana, los desastres naturales, etc. son los rasgos propios de su reinado. A finales del siglo, se observan signos de recuperación en las zonas costeras como Cataluña, País Vasco y Valencia.

   El siglo XVII es un siglo de crisis. Un hecho político (política exterior) influye negativamente en la sociedad y en la economía. La crisis afectó en mayor o menor medida a todos los países de  Europa, aunque es mucho más profunda en el caso peninsular.

    Sin embargo, desde el punto de vista cultural, asistimos a uno de los períodos más brillantes de la cultura hispana (Siglo de Oro).



  1. Causas y características de la crisis.





   Causas



  • Disminución de la población.

   A lo largo del siglo XVII, la población peninsular disminuyó en un millón de habitantes (pasó de 8 millones a 7 millones). Las razones fueron las epidemias (peste), las guerras constantes (Flandes, Portugal, etc.), la emigración a las Indias, el descenso de la tasa de natalidad por la reducción del número de matrimonios, y la expulsión de los moriscos (alrededor de 120000 tuvieron que abandonar el país, afectando especialmente a la zona levantina, al valle del Ebro y a Granada).



  • Política monetaria.

   Consistió en la alteración de la moneda para hacer frente a los problemas financieros de la Corona. Fue iniciada por Felipe III y continuada por Felipe IV. Esta política afectó a la moneda de vellón (cobre y plata). En un primer momento, se emitió moneda de vellón solo de cobre. Posteriormente, se redujo el peso de la moneda, pero se mantuvo su valor nominal. Más adelante, se reselló para duplicar su valor nominal. Por último, se emitieron grandes cantidades de moneda de vellón. Esta política tuvo como principal consecuencia la aparición de dos sistemas monetarios. Uno, basado en las monedas de oro y plata, utilizado por las clases pudientes, y otro, basado en la moneda de vellón, propio de las clases bajas. Éstas se vieron perjudicadas porque subieron los precios de los productos expresados en moneda de vellón.



  • Mentalidad social de la época.

   El ideal social era vivir de las rentas, es decir, vivir sin trabajar. Por ello, se buscaban puestos en la Administración o títulos que proporcionaran ingresos. Se desprecian las actividades productivas. A esta actitud contribuyó la Corona mediante la creación de determinados puestos públicos que vendía para obtener ingresos extraordinarios.



   Características





  • Disminución del nivel de vida de los campesinos.

   Las razones fueron la disminución de los precios agrícolas, las malas cosechas y el aumento de los impuestos. En algunos casos, tuvieron que solicitar préstamos que no pudieron devolver y perdieron sus propiedades. Las consecuencias fueron la concentración de la propiedad en manos de la nobleza, la emigración de los campesinos a la ciudad (aumento del número de vagos, pícaros y mendigos), y la reducción de las tierras cultivadas y, por tanto, de la producción.



  • Paralización de las actividades artesanales y el debilitamiento del comercio.

   Las principales razones fueron la llegada de productos extranjeros manufacturados más baratos que los nacionales, lo que provocó la ruina de las industrias artesanales peninsulares; el retroceso del comercio con América como consecuencia de la falta de barcos mercantes, ya que los disponibles eran utilizados como navíos de guerra; y la idea de que el trabajo manual era un deshonor, idea típica de la nobleza que fue asumida por la burguesía.



  • Ruina de las finanzas estatales.

   Las medidas para buscar recursos extraordinarios (juros, venta de cargos, etc.) no fueron suficientes para hacer frente a los gastos de la Corona. Los ingresos se destinaban a financiar la costosa política exterior. Los ingresos procedían de las rentas de Castilla, los metales preciosos y el sistema tributario. Estas fuentes estaban muy debilitadas en el siglo XVII.



   Los arbitristas (Moncada, Ortiz, etc.) analizaron la crisis y ofrecieron soluciones a la misma. En general, indicaron que la actividad económica no podía basarse en la exportación de materias primas, ya que, luego, se importaban como productos elaborados. La diferencia de precio (más caros los productos elaborados) beneficiaba a los productores extranjeros.



  





  1. Política interior





  Las principales características de la política interior fueron las siguientes:



  • Los reyes del siglo XVII delegaron el poder en personas de su confianza (validos). Entro todos, destacan el duque de Lerma (valido de Felipe III) y el conde-duque de Olivares (Felipe IV).



  • Ante la decadencia y la corrupción de los consejos, surgieron las juntas. Las juntas (Junta de Población, Junta de Reforma, etc.) se ocupaban de asuntos concretos de gobierno. El creador del sistema fue Lerma, pero el gran impulsor fue Olivares.



  • Expulsión de los moriscos (1609-1610), que culminó el proceso de unificación religiosa iniciado por los Reyes Católicos.



  • Intento centralizador (1622-1643), que se produjo por la necesidad de obtener recursos económicos para financiar las guerras europeas. Olivares diseñó un proyecto llamado Unión de Armas (1625): repartir entre todos los Estados el peso de la política real, formando un ejército común  que sería financiado por cada Estado en función de su población y riqueza. Valencia y Aragón aceptaron mantener un ejército durante quince años, pero Cataluña se negó. El intento centralizador de Olivares provocó numerosas revueltas: Vizcaya, Nápoles, Andalucía, Aragón, etc. La rebelión de Cataluña y la de Portugal fueron las más importantes:



    • La rebelión catalana se inició en 1640 y estuvo protagonizada por el campesinado y la población urbana, y dirigida por la burguesía catalana. El objetivo era establecer una República bajo la protección del rey Luis XIII de Francia. La rebelión concluyó en 1652, tras la ocupación de Barcelona por el ejército real.
    • La rebelión portuguesa se inició aprovechando la revuelta catalana. Los portugueses, apoyados por Francia e Inglaterra, nombraron monarca a Juan IV. El conflicto finalizó con la firma del Tratado de Lisboa (1668), por el que la Monarquía Hispánica reconocía la independencia de Portugal.









  1. Política exterior.



   A finales del siglo XVII, se inició un período de paz que se manifestó en la firma de la Paz de Vervins (1598) con Francia, el fin del enfrentamiento con Inglaterra (1604), y la firma de la Tregua de los Doce Años con  las Provincias Unidas (1609-1621). Las dificultades económicas de la Corona explican la necesidad de establecer estos acuerdos.

   Sin embargo, a partir del año 1620, la Monarquía Hispánica intervino en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) para ayudar a la rama austriaca de los Habsburgo. La guerra, iniciada en el Sacro Imperio Romano Germánico, se produjo por razones religiosas y fue un conflicto generalizado entre naciones católicas y protestantes, que derivó en un enfrentamiento por la hegemonía en Europa. Francia, país católico, apoyó a las naciones protestantes. La guerra concluyó con la Paz de Westfalia (1648). Westfalia puso fin a la hegemonía hispana en Europa, hegemonía que pasó a Francia. Además, la Monarquía Hispánica tuvo que reconocer la independencia de las Provincias Unidas (Holanda).

   La guerra hispano-francesa continuó hasta la firma de la Paz de los Pirineos (1659), que estableció la actual frontera con Francia. La Monarquía Hispánica tuvo que devolver el Rosellón y la Cerdaña.

   Durante el reinado de Carlos II, la Monarquía Hispánica tuvo que hacer frente a la política expansionista francesa. El temor a la hegemonía francesa hizo que Inglaterra y Holanda apoyaran a la Monarquía Hispánica.







  1. Esplendor cultural. El Siglo de Oro.





   El siglo XVII es una etapa muy brillante desde el punto de vista cultural. Por ello, se denomina  “Siglo de Oro”. En la producción literaria, destaca el teatro (surge la denominada comedia nacional) con autores como Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina; la poesía con Góngora (culteranismo) y Quevedo (conceptismo, y la novela picaresca con autores como Mateo Alemán o Quevedo.

   Por otro lado, un grupo variado de pensadores que denominamos arbitristas (Moncada, Ortiz, etc.) analizaron la situación y ofrecieron soluciones a la crisis del momento. En general, indicaron que la actividad económica no podía basarse en la exportación de materias primas, ya que, luego, se importaban como productos elaborados. La diferencia de precio (más caros los productos elaborados) beneficiaba a los productores extranjeros.









Tema 10:   La España del siglo XVIII.           





1)   La Guerra de Sucesión española



   La causa inmediata del conflicto es el problema sucesorio español: Carlos II, el último de los Austrias españoles, murió sin descendencia (1700). Su último testamento en favor de Felipe de Anjou (futuro Felipe V), nieto del rey francés Luis XIV, ponía en peligro el equilibrio europeo establecido en la Paz de Westfalia. Se temía una posible alianza entre Francia y España que convertiría a Francia en la gran potencia europea. En Europa se formaron dos bandos:



  • la Alianza de La Haya (Austria, Inglaterra, Holanda, etc.). Partidarios del mantenimiento del equilibrio europeo y de las aspiraciones al trono español del Archiduque Carlos de Austria.
  • Francia y España.



   La guerra se desarrolló en dos ámbitos:

  • ámbito europeo: la guerra fue favorable a los países aliados. Luis XIV se vio obligado a buscar la paz, a pesar de que Felipe V obtenía importantes victorias en España y la muerte del emperador austriaco convertía al Archiduque Carlos en el nuevo emperador.
  • ámbito peninsular: Felipe V fue aceptado como sucesor de Carlos II en Castilla en el año 1701. Sin embargo, Cataluña y Valencia apoyaron al Archiduque Carlos, iniciándose la guerra en 1705. En un primer momento fue desfavorable para Felipe V, después obtuvo dos importantes victorias sobre los aliados en Almansa (1707) y Villaviciosa (1710).



 En 1713 se pone fin a la guerra con la firma de la Paz de Utrecht. Los puntos más importantes son:

a)      reconocimiento de Felipe V como rey de España y de las Indias y renuncia a los derechos al trono de Francia.

b)     pérdida de las posesiones españolas en los Países Bajos y en Italia que pasan a Austria.

c)      Inglaterra conservó Menorca y Gibraltar que había obtenido en el transcurso de la guerra.





   2)  La organización política.





   El triunfo borbónico en la Guerra de Sucesión supuso una transformación del Estado: aparición de una monarquía absolutista y centralizadora. La monarquía es considerada una institución sagrada: el poder del monarca es absoluto (concentra en su persona el poder legislativo, judicial y ejecutivo) y el rey sólo es responsable de sus actos ante Dios. Los Borbones realizaron una serie de reformas:



Administración central del Estado.

 

   1) Desaparición de los antiguos Consejos territoriales y potenciación del Consejo de Castilla como órgano supremo de la administración del Estado.

   2) Aparición de los Secretarios de Estado y de despacho, son nombrados por el rey y se ocupan de una faceta de gobierno determinada (economía, guerra, marina, etc.).

   3) Modificación del sistema sucesorio. Se aprueba la Ley Sálica (1713) que otorga prioridad a los varones sobre las mujeres en el orden sucesorio al trono.

   4) Decretos de Nueva Planta (Valencia 1707, Aragón 1711, Mallorca 1715, Cataluña 1716). Suponen la desaparición de las instituciones tradicionales -Cortes, Diputación General, etc.- de los Estados de la Corona de Aragón y de sus derechos tradiciona­les, imponiéndose la organización político-administrativa de Castilla. Sólo conservaron sus instituciones tradicionales el País Vasco y Navarra.



Administración territorial.

   Lo más destacado fue la aparición de los Intendentes provinciales, encargados de las finanzas reales, administración del ejército, policía, justicia y vigilancia de las autoridades locales. Se convirtieron en uno de los pilares del centralismo borbónico.



 Administración local.

   Lo más importante fue el establecimiento de la figura del corregidor en los municipios de la Corona de Aragón.



  Por último, los Borbones limitaron el poder de la Iglesia, interviniendo en los asuntos eclesiásticos (regalismo). En esta política regalista se inscribe la expulsión de los jesuitas (1767). Esta medida se debió a la influencia de los jesuitas en la enseñanza y a la defensa del Papado frente a la política regalista de los Borbones.



3)   Población y sociedad.





Población

  



   El siglo XVIII es un siglo de crecimiento demográfico. La población española pasó de 8 millones a 11,5 millones de habitantes (son cifras aproximadas). Las causas del crecimiento son: el aumento de la producción agraria, que permitió una mejora  de la alimentación; las epidemias pierden su carácter general; el largo período de paz; la reducción de la mortalidad y el mantenimiento de una tasa de natalidad alta.

   Durante el siglo XVIII se produjo un gran crecimiento de la población de la periferia (Valencia, Cataluña y País Vasco) frente al estancamiento del interior (salvo Madrid y Valladolid). También crecieron las principales ciudades españolas debido a la inmigración de los campesinos y al renacimiento de la artesanía y del comercio. Además el Estado favoreció el crecimiento de la población mediante una política poblacionista (concesión de premios y exención de impuestos).

   En el siglo XVIII aparecieron los primeros censos (recuentos de población con carácter fiscal, por eso no son muy fiables). Destacan el catastro del Marqués de la Ensenada (1750), los censos de Aranda (1768), Floridablanca (1787) y Godoy (1797).



Sociedad



   Se trata de una sociedad estamental, es decir, dividida en estamentos sancionados jurídicamente (con derechos y deberes iguales para los miembros de cada estamento y diferentes a los de los demás estamentos). Aparecen dos estamentos privilegiados: la nobleza y el clero, y uno, no privilegiado: el tercer estado o estado llano.



NOBLEZA. Constituía un grupo social cerrado. Se podía ser noble por nacimiento o por haber sido ennoblecido por el rey (nobleza de toga). La nobleza disfrutaba de una serie de privilegios: tribunales y derecho penal especial, exención de impuestos, cargos reservados, derechos señoriales etc. Sin embargo, existía una gran diferencia entre la alta nobleza, que disfrutaba de estos privilegios y de una posición económica muy sólida; y la pequeña nobleza, cuyo poder económico era escaso.

   En general, los nobles residían en la Corte, sus tierras quedaban en manos de administradores, limitándose a recibir las rentas, sin invertir en la modernización de sus tierras. Hay que señalar que el número de nobles aumentó a lo largo del siglo XVIII.



 CLERO. Disminuyó a lo largo del siglo XVIII. Constituía el 3% de la población española. La Iglesia poseía el 15% de las tierras cultivables. Las principales fuentes de ingresos fueron los diezmos, las rentas de sus señoríos y las prestaciones por servicios litúrgicos. Existían notables diferencias entre el alto clero, de origen nobiliario y de gran influencia social; y el bajo clero, que vivía en unas condiciones semejantes a las de los campesinos.

   El poder de la Iglesia fue limitado a lo largo del siglo XVIII. Los ilustrados iniciaron una política de venta de bienes eclesiásticos que se completó durante el siglo XIX.



 TERCER ESTADO. Formaba el 90% de la población. Estaba compuesto por distintos grupos sociales con claras diferencias económicas.

  • Burguesía: Disfrutaba de un gran poder económico. Se dedicaban a actividades industriales y comerciales, también podemos incluir en este grupo a los intelectuales y a funciona­rios del Estado. Fue un grupo social muy reducido durante el siglo XVIII y su ideal era el ennoblecimiento.
  • Campesinado: Era el grupo mayoritario de la sociedad española. Sus condiciones de vida variaban según fueran pequeños propietarios de tierras, arrendatarios o jornaleros.
  • Clases populares urbanas: Asalariados o criados. Formaban un grupo muy reducido.
  • Marginados: Bandidos, mendigos o minorías étnicas como gitanos, etc.





4)   Economía.





a)      Agricultura y ganadería.



   En el siglo XVIII se introdujeron nuevos cultivos como el maíz y la patata. Sin embargo, la agricultura y la ganadería siguen ancladas en métodos arcaicos: la agricultura de secano, con el método del barbecho, seguía siendo la base de la agricultura del país. Sólo algunos cultivos como el viñedo (exportación) experimentaron una gran expansión.

   A nivel general, se registró un aumento de la producción agrícola básicamente por el incremento de la superficie cultiva­da. El crecimiento de la población hizo que la demanda de productos agrícolas fuese mayor, lo cual permitió una subida de los precios y de las rentas agrícolas (los grandes beneficiarios fueron la nobleza y el clero que poseían grandes propiedades agrícolas).

   La Corona intentó una serie de reformas a través de las Sociedades de Amigos del País. De este modo, se decretó la liberalización del comercio de granos y la creación de pósitos (silos), que servían para conceder granos para la siembra o el consumo a los campesinos en años de malas cosechas. También fomentó la agricultura de regadío mediante la construcción de canales como el Canal de Castilla o el Canal Imperial de Aragón. Por último, por iniciativa real se colonizaron terrenos baldíos como Sierra Morena donde se asentaron colonos alemanes y flamencos.

   Algunos ilustrados como Jovellanos, que publicó el Informe sobre la ley agraria (1794), criticaron las desigualdades en la propiedad de la tierra y de un gran número de propiedades incultas por estar amortizadas, lo cual impedía el desarrollo agrícola.

   Para concluir hay que señalar que la ganadería trashumante retrocedió durante el siglo XVIII y, en algunas zonas, fueron recortados los privilegios de la Mesta.



 

b)   Manufacturas.



   La Corona intentó impulsar el desarrollo manufacturero del país mediante la creación de las manufacturas reales (Guadalaja­ra, Talavera etc.). Pero los resultados fueron muy mediocres por una serie de factores: la falta de organización, la no introduc­ción de nuevas técnicas, la escasa rentabilidad, las dificultades de comercialización de los productos, etc.

   Destaca especialmente la industria textil catalana, impulsada por el aumento de la demanda interna, la apertura del mercado americano a los productos textiles catalanes (Decreto de libre comercio de 1778) y la introducción de moderna maquinaria de vapor.

   También destacan las industrias siderúrgicas, dispersas por todo el país, pero centradas especialmente en Vascongadas. Estas industrias abastecían la demanda interna: construcciones navales y material de guerra para el ejército. Sin embargo, los métodos de producción y la organización de la misma eran bastantes arcaicos.





c)   Transporte y comercio.





   En el siglo XVIII no existió una articulación del comercio interno por la deficiente red de transportes y la escasa demanda interior. Un hecho positivo fue la supresión de las aduanas interiores (salvo el País Vasco y Navarra), que benefició a los comerciantes catalanes al introducir sus productos en el resto de la península.

   En cuanto al comercio exterior, la Monarquía impulsó la creación de las Compañías Privilegiadas cuya misión era controlar las importaciones y exportaciones con América: Compañía Filipina, Real Compañía de Comercio de Barcelona, etc. En 1778 se aprobó el Decreto de libertad comercial, por éste los principales puertos españoles podían comerciar libremente con las colonias (hasta entonces sólo tenía ese privilegio Cádiz). El comercio exterior español se desarrollaba casi exclusivamente con América y los beneficios obtenidos servían para saldar el déficit de las relaciones comerciales establecidas con Europa.





5.   Relaciones internacionales.

               

     

   La política exterior del reinado de Felipe V (1700-1746) se orientó hacia la revisión del Tratado de Utrecht con el objetivo de recuperar las antiguas posesiones españolas en Italia (en manos de Austria) y de los territorios españoles (Menorca y Gibraltar) en poder de Inglaterra. La alianza con Prusia, Francia y Gran Bretaña permitió la obtención de los ducados italianos de Parma y Plasencia, que fueron gobernados por el hijo de Felipe V, Carlos (futuro Carlos III).

   En 1733 se firmó el Primer Pacto de Familia, inició de la tradicional alianza franco-española del siglo XVIII. Por medio de esta alianza Francia apoyó los intereses españoles en Italia. En 1738 Carlos obtuvo la Corona del Reino de las Dos Sicilias a cambio de renunciar a los ducados. En 1743 se firmó el Segundo Pacto de Familia, por el cual España se comprometía a luchar contra Gran Bretaña y Francia ayudaría para recuperar Menorca y Gibraltar.

   Fernando VI (1746-1759) llevó a cabo una política de neutrali­dad que le permitió centrarse en los problemas internos y alejarse de los conflictos europeos del momento.

   Carlos III (1759-1788) reanudó la alianza con Francia mediante la firma del Tercer Pacto de Familia (1761); España intervino al lado francés en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), perdiendo la Florida, por lo que Francia le cedió la Luisiana. España y Francia intervinieron en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (1776-1783), apoyando a los independentis­tas americanos. España pudo recuperar la Florida y Menorca.

   Durante el reinado de Carlos IV (1788-1808) el estallido de la Revolución Francesa significó el fin de la alianza con Francia y el acercamiento a Inglaterra.



6.  Cultura y arte.



   El siglo XVIII es el siglo de la Ilustración. La Ilustración es un movimiento intelectual minoritario, cuyos principios son la confianza en la razón, la creencia en el progreso, la búsqueda de la felicidad del hombre y la lucha contra la superstición y el oscurantismo. La Ilustración valora especialmente las ciencias experimentales y humanísticas y la crítica histórica. Algunas ideas ilustradas coincidieron con la política de la Corona (despotismo ilustrado: "todo para el pueblo pero sin el pueblo").

   En general, la Ilustración española se caracterizó por el análisis de los problemas del país, señalando soluciones; es un movimiento que se desarrolló más en la periferia que en el interior de España; y también hay que decir que es un movimiento muy minoritario, protagonizado por las élites intelectuales del país. Entre los ilustrados españoles destacan Feijoo, Campomanes, Jovellanos, Cabarrús, Floridablanca, Cadalso, etc.

   Destacan durante el siglo XVIII la creación de la Academias (Lengua 1714, Historia 1738) y la creciente importancia de la prensa.  

   En la arquitectura destacan la construcción de las residencias  reales como el Palacio Real de Madrid, Aranjuez y La Granja (todas ellas de estilo neoclásico). La escultura continúa la tradición del siglo XVII (Salcillo). En el campo de la pintura destaca Goya (1746-1828), uno de los grandes maestros de la pintura universal como lo demuestran los Caprichos, los Desastres de la Guerra, los Sueños, las pinturas negras etc. Goya se muestra antecesor del impresionismo y del surrealismo.
















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