Tema 10: La España del siglo XVIII.
1) La
Guerra de
Sucesión española
La
causa inmediata del conflicto es el problema sucesorio español: Carlos II,
el último de los Austrias españoles, murió sin descendencia (1700). Su
último testamento en favor de Felipe de Anjou (futuro Felipe V), nieto del
rey francés Luis XIV, ponía en peligro el equilibrio europeo establecido en
la Paz
de Westfalia. Se temía una posible alianza entre Francia y España que
convertiría a Francia en la gran potencia europea. En Europa se formaron dos
bandos:
- la Alianza de La Haya (Austria,
Inglaterra, Holanda, etc.). Partidarios del
mantenimiento del equilibrio europeo y de las aspiraciones al trono
español del Archiduque Carlos de Austria.
- Francia y España.
La guerra se desarrolló en dos ámbitos:
- ámbito europeo: la guerra
fue favorable a los países aliados. Luis XIV se
vio obligado a buscar la paz, a pesar de que Felipe V obtenía importantes
victorias en España y la muerte del emperador austriaco convertía al Archiduque
Carlos en el nuevo emperador.
- ámbito peninsular: Felipe
V fue aceptado como sucesor de Carlos II en Castilla en el año 1701. Sin
embargo, Cataluña y Valencia apoyaron al Archiduque Carlos, iniciándose la
guerra en 1705. En un primer momento fue desfavorable para Felipe V,
después obtuvo dos importantes victorias sobre los aliados en Almansa
(1707) y Villaviciosa (1710).
En 1713 se pone fin a la guerra con la
firma de la Paz
de Utrecht. Los puntos más importantes son:
a) reconocimiento de Felipe V como
rey de España y de las Indias y renuncia a los derechos al trono de Francia.
b) pérdida de las posesiones
españolas en los Países Bajos y en Italia que pasan a Austria.
c) Inglaterra conservó Menorca y
Gibraltar que había obtenido en el transcurso de la guerra.
2) La organización política.
El triunfo borbónico en la Guerra de Sucesión supuso
una transformación del Estado: aparición de una monarquía absolutista y
centralizadora. La monarquía es considerada una institución sagrada: el poder
del monarca es absoluto (concentra en su persona el poder legislativo, judicial
y ejecutivo) y el rey sólo es responsable de sus actos ante Dios. Los
Borbones realizaron una serie de reformas:
Administración central del
Estado.
1)
Desaparición de los antiguos Consejos territoriales y potenciación del
Consejo de Castilla como órgano supremo de la administración del Estado.
2) Aparición de los Secretarios de Estado
y de despacho, son nombrados por el rey y se ocupan de una faceta de
gobierno determinada (economía, guerra, marina, etc.).
3) Modificación del sistema sucesorio. Se
aprueba la Ley Sálica (1713) que otorga prioridad a
los varones sobre las mujeres en el orden sucesorio al trono.
4) Decretos de Nueva Planta (Valencia
1707, Aragón 1711, Mallorca 1715, Cataluña 1716). Suponen la
desaparición de las instituciones tradicionales -Cortes, Diputación General,
etc.- de los Estados de la
Corona de Aragón y de sus derechos tradicionales,
imponiéndose la organización político-administrativa de Castilla. Sólo
conservaron sus instituciones tradicionales el País Vasco y Navarra.
Administración territorial.
Lo más destacado fue la aparición de los Intendentes
provinciales, encargados de las finanzas reales, administración del
ejército, policía, justicia y vigilancia de las autoridades locales. Se
convirtieron en uno de los pilares del centralismo borbónico.
Administración local.
Lo más importante fue el establecimiento de
la figura del corregidor en los municipios de la Corona de Aragón.
Por último, los Borbones limitaron el
poder de la Iglesia,
interviniendo en los asuntos eclesiásticos (regalismo). En esta política
regalista se inscribe la expulsión de los jesuitas (1767). Esta medida se
debió a la influencia de los jesuitas en la enseñanza y a la defensa del Papado
frente a la política regalista de los Borbones.
3) Población y sociedad.
Población
El siglo XVIII es un siglo de crecimiento
demográfico. La población española pasó de 8 millones a 11,5 millones de
habitantes (son cifras aproximadas). Las causas del crecimiento son: el
aumento de la producción agraria, que permitió una mejora de la alimentación; las epidemias pierden su
carácter general; el largo período de paz; la reducción de la mortalidad y el
mantenimiento de una tasa de natalidad alta.
Durante el siglo XVIII se produjo un gran
crecimiento de la población de la periferia (Valencia, Cataluña y País Vasco)
frente al estancamiento del interior (salvo Madrid y Valladolid). También
crecieron las principales ciudades españolas debido a la inmigración de los
campesinos y al renacimiento de la artesanía y del comercio. Además el Estado
favoreció el crecimiento de la población mediante una política poblacionista
(concesión de premios y exención de impuestos).
En
el siglo XVIII aparecieron los primeros censos (recuentos de población con
carácter fiscal, por eso no son muy fiables). Destacan el catastro del Marqués
de la Ensenada
(1750), los censos de Aranda (1768), Floridablanca (1787) y Godoy (1797).
Sociedad
Se trata de una sociedad estamental, es
decir, dividida en estamentos sancionados jurídicamente (con derechos y deberes
iguales para los miembros de cada estamento y diferentes a los de los demás
estamentos). Aparecen dos estamentos privilegiados: la nobleza y el clero, y
uno, no privilegiado: el tercer estado o estado llano.
NOBLEZA. Constituía un
grupo social cerrado. Se podía ser noble por nacimiento o por haber sido
ennoblecido por el rey (nobleza de toga). La nobleza disfrutaba de una
serie de privilegios: tribunales y derecho penal especial, exención de
impuestos, cargos reservados, derechos señoriales etc. Sin embargo, existía una
gran diferencia entre la alta nobleza, que disfrutaba de estos privilegios y de
una posición económica muy sólida; y la pequeña nobleza, cuyo poder económico
era escaso.
En general, los nobles residían en la Corte, sus tierras quedaban
en manos de administradores, limitándose a recibir las rentas, sin invertir en
la modernización de sus tierras. Hay que señalar que el número de nobles
aumentó a lo largo del siglo XVIII.
CLERO.
Disminuyó a lo largo del siglo XVIII. Constituía el 3% de la población
española. La Iglesia
poseía el 15% de las tierras cultivables. Las principales fuentes de ingresos
fueron los diezmos, las rentas de sus señoríos y las prestaciones por servicios
litúrgicos. Existían notables diferencias entre el alto clero, de origen nobiliario
y de gran influencia social; y el bajo clero, que vivía en unas condiciones
semejantes a las de los campesinos.
El poder de la Iglesia fue limitado a lo
largo del siglo XVIII. Los ilustrados iniciaron una política de venta de bienes
eclesiásticos que se completó durante el siglo XIX.
TERCER ESTADO.
Formaba el 90% de la población. Estaba compuesto por distintos grupos sociales con
claras diferencias económicas.
- Burguesía:
Disfrutaba de un gran poder económico. Se dedicaban a actividades
industriales y comerciales, también podemos incluir en este grupo a los
intelectuales y a funcionarios del Estado. Fue un grupo social muy reducido
durante el siglo XVIII y su ideal era el ennoblecimiento.
- Campesinado:
Era el grupo mayoritario de la sociedad española. Sus condiciones de vida
variaban según fueran pequeños propietarios de tierras, arrendatarios o
jornaleros.
- Clases populares urbanas:
Asalariados o criados. Formaban un grupo muy reducido.
- Marginados:
Bandidos, mendigos o minorías étnicas como gitanos, etc.
4) Economía.
a) Agricultura y ganadería.
En el siglo XVIII se introdujeron nuevos
cultivos como el maíz y la patata. Sin embargo, la agricultura y la ganadería
siguen ancladas en métodos arcaicos: la agricultura de secano, con el método
del barbecho, seguía siendo la base de la agricultura del país. Sólo algunos
cultivos como el viñedo (exportación) experimentaron una gran expansión.
A nivel general, se registró un aumento de
la producción agrícola básicamente por el incremento de la superficie cultivada.
El crecimiento de la población hizo que la demanda de productos agrícolas fuese
mayor, lo cual permitió una subida de los precios y de las rentas agrícolas
(los grandes beneficiarios fueron la nobleza y el clero que poseían grandes
propiedades agrícolas).
La
Corona intentó una serie de reformas a través de las
Sociedades de Amigos del País. De este modo, se decretó la liberalización del
comercio de granos y la creación de pósitos (silos), que servían para conceder
granos para la siembra o el consumo a los campesinos en años de malas cosechas.
También fomentó la agricultura de regadío mediante la construcción de canales
como el Canal de Castilla o el Canal Imperial de Aragón. Por último, por
iniciativa real se colonizaron terrenos baldíos como Sierra Morena donde se
asentaron colonos alemanes y flamencos.
Algunos ilustrados como Jovellanos, que
publicó el Informe sobre la ley agraria (1794), criticaron las
desigualdades en la propiedad de la tierra y de un gran número de propiedades
incultas por estar amortizadas, lo cual impedía el desarrollo agrícola.
Para concluir hay que señalar que la
ganadería trashumante retrocedió durante el siglo XVIII y, en algunas zonas,
fueron recortados los privilegios de la Mesta.
b) Manufacturas.
La
Corona intentó impulsar el desarrollo manufacturero del país
mediante la creación de las manufacturas reales (Guadalajara, Talavera
etc.). Pero los resultados fueron muy mediocres por una serie de factores: la
falta de organización, la no introducción de nuevas técnicas, la escasa
rentabilidad, las dificultades de comercialización de los productos, etc.
Destaca especialmente la industria textil
catalana, impulsada por el aumento de la demanda interna, la apertura del
mercado americano a los productos textiles catalanes (Decreto de libre
comercio de 1778) y la introducción de moderna maquinaria de vapor.
También destacan las industrias
siderúrgicas, dispersas por todo el país, pero centradas especialmente en
Vascongadas. Estas industrias abastecían la demanda interna: construcciones
navales y material de guerra para el ejército. Sin embargo, los métodos de
producción y la organización de la misma eran bastantes arcaicos.
c) Transporte y comercio.
En el siglo XVIII no existió una
articulación del comercio interno por la deficiente red de transportes y la
escasa demanda interior. Un hecho positivo fue la supresión de las aduanas
interiores (salvo el País Vasco y Navarra), que benefició a los comerciantes
catalanes al introducir sus productos en el resto de la península.
En cuanto al comercio exterior, la Monarquía impulsó la
creación de las Compañías Privilegiadas cuya misión era controlar las
importaciones y exportaciones con América: Compañía Filipina, Real Compañía de
Comercio de Barcelona, etc. En 1778 se aprobó el Decreto de libertad comercial, por éste los principales puertos
españoles podían comerciar libremente con las colonias (hasta entonces sólo
tenía ese privilegio Cádiz). El comercio exterior español se desarrollaba casi
exclusivamente con América y los beneficios obtenidos servían para saldar el
déficit de las relaciones comerciales establecidas con Europa.
5. Relaciones internacionales.
La política exterior del reinado de Felipe V (1700-1746) se orientó
hacia la revisión del Tratado de Utrecht con el objetivo de recuperar las
antiguas posesiones españolas en Italia (en manos de Austria) y de los
territorios españoles (Menorca y Gibraltar) en poder de Inglaterra. La
alianza con Prusia, Francia y Gran Bretaña permitió la obtención de los ducados
italianos de Parma y Plasencia, que fueron gobernados por el hijo de Felipe
V, Carlos (futuro Carlos III).
En 1733 se firmó el Primer Pacto de
Familia, inició de la tradicional alianza franco-española del siglo XVIII. Por
medio de esta alianza Francia apoyó los intereses españoles en Italia. En
1738 Carlos obtuvo la Corona
del Reino de las Dos Sicilias a cambio de renunciar a los ducados. En
1743 se firmó el Segundo Pacto de Familia, por el cual España se
comprometía a luchar contra Gran Bretaña y Francia ayudaría para recuperar
Menorca y Gibraltar.
Fernando VI
(1746-1759) llevó a cabo una política de neutralidad que le permitió
centrarse en los problemas internos y alejarse de los conflictos europeos del
momento.
Carlos
III (1759-1788) reanudó la alianza con Francia mediante la firma del Tercer
Pacto de Familia (1761); España intervino al lado francés en la Guerra de los
Siete Años (1756-1763), perdiendo la
Florida, por lo que Francia le cedió la Luisiana. España
y Francia intervinieron en la
Guerra de la
Independencia de los Estados Unidos (1776-1783), apoyando a
los independentistas americanos. España pudo recuperar la Florida y Menorca.
Durante el reinado de Carlos IV (1788-1808) el estallido
de la Revolución
Francesa significó el fin de la alianza con Francia y el
acercamiento a Inglaterra.
6. Cultura y arte.
El siglo XVIII es el siglo de la Ilustración. La
Ilustración es un movimiento intelectual minoritario,
cuyos principios son la confianza en la razón, la creencia en el progreso, la
búsqueda de la felicidad del hombre y la lucha contra la superstición y el
oscurantismo. La
Ilustración valora especialmente las ciencias experimentales
y humanísticas y la crítica histórica. Algunas ideas ilustradas coincidieron
con la política de la Corona
(despotismo ilustrado: "todo para el pueblo pero sin el pueblo").
En general, la Ilustración española
se caracterizó por el análisis de los problemas del país, señalando soluciones;
es un movimiento que se desarrolló más en la periferia que en el interior de
España; y también hay que decir que es un movimiento muy minoritario, protagonizado
por las élites intelectuales del país. Entre los ilustrados españoles destacan
Feijoo, Campomanes, Jovellanos, Cabarrús, Floridablanca, Cadalso, etc.
Destacan durante el siglo XVIII la creación
de la Academias
(Lengua 1714, Historia 1738) y la creciente importancia de la prensa.
En
la arquitectura destacan la construcción de las residencias reales como el Palacio Real de Madrid, Aranjuez y La Granja (todas ellas de estilo neoclásico). La
escultura continúa la tradición del siglo XVII (Salcillo). En el campo de la
pintura destaca Goya (1746-1828), uno de los grandes maestros de la pintura
universal como lo demuestran los Caprichos, los Desastres de la Guerra, los Sueños, las
pinturas negras etc. Goya se muestra antecesor del impresionismo y del
surrealismo.