TEMA
20: LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
(1936-1939)
1)
CAUSAS DE LA GUERRA
o
Problema
social. Las enormes diferencias entre
trabajadores y propietarios habían radicalizado la lucha de clases. Las
esperanzas de los trabajadores en las reformas de la II República y la
resistencia de los patronos a las mismas, especialmente en el campo,
profundizaron el problema social.
o
Problema
regional. Se produce por la oposición
de la derecha y del ejército a los nacionalismos periféricos. La concesión del Estatuto
a Cataluña (1932), y la tramitación de los estatutos vascos y gallegos en
1936, se interpretó por los sectores citados como la desmembración de España,
algo inaceptable desde su punto de vista.
o
Cuestión
religiosa. Habían provocado una
profunda división en la sociedad española. Por un lado, estaban los defensores
de que la Iglesia mantuviera su poder en la sociedad. Por otro, los que se
oponían a ello, defendiendo un anticlericalismo radical, la separación
Iglesia-Estado, la enseñanza laica, etc., en una sociedad mayoritariamente
católica. El enfrentamiento entre ambas posturas, la legislación religiosa
republicana y la falta de diálogo agudizaron el problema.
o
Contexto
internacional. La crisis de la
democracia y el auge de los movimientos totalitarios influyeron en el origen y
en el desarrollo de la Guerra Civil. El establecimiento de regímenes fascistas
en Italia (Mussolini) y en Alemania (Hitler) tuvo consecuencias
en la política española. Los grupos fascistas (Falange Española, Juventudes
de Acción Popular, etc) despreciaban la democracia como sistema político y
eran partidarios del uso de la fuerza para acabar con la República. Por su
parte, la Unión Soviética y la Internacional Comunista habían propiciado
la alianza con la izquierda burguesa con la creación de frentes populares
contra el fascismo. La violencia política aumentó y se manifestó en el
asesinato del teniente Castillo, obra de los falangistas, y de José
Calvo Sotelo, como respuesta del anterior. El orden público, que desde el
inicio dela República fue un problema, fue instrumentalizado por la derecha,
presentándose como uno de los motivos de la sublevación.
En definitiva, la guerra fue el resultado
del enfrentamiento entre las dos Españas. Por un lado, los viejos grupos
oligárquicos, que se oponían al cambio y que contaron con el apoyo de gran
parte del ejército, de tradición golpista; por otro lado, las clases medias y
el movimiento obrero, que pedían la redistribución del poder mediante la
democratización del sistema político.
2) EL DESARROLLO DE LA GUERRA
a.
Inicios
Desde las elecciones de 1936 había rumores
de golpe militar. Por ello, el gobierno había trasladado a algunos de los
militares más significativos. Mola, que desde Navarra preparó el golpe; Franco,
todavía en segundo plano, en Canarias; Goded en Baleares; y Sanjurjo,
jefe del golpe, exiliado en Portugal. Los militares golpistas se proponían
derribar el régimen republicano democrático a través de un golpe de fuerza,
cuyo objetivo era tomar rápidamente las principales ciudades españolas. La
sublevación comenzó el 17 de julio en Ceuta y Melilla. Franco se traslada a
Tetuán para tomar el mando del ejército africano. La rebelión se extiende a la
península el 18 de julio. El jefe de gobierno, Casares Quiroga, no
comprendió la importancia de la rebelión y no tomó medidas, negándose a
entregar armas a la población como exigían partidos obreros y sindicatos, y
presentó su dimisión el 18 de julio.
En Sevilla, el general golpista Queipo de
Llano consigue dominar la ciudad, y la sublevación se extiende por toda
Andalucía occidental...
El día 18 el golpe triunfó en casi todas las
capitales de Castilla, incluidas Valladolid y Burgos, en algunas ciudades
gallegas, y en Andalucía occidental y Extremadura, donde Huelva, Cádiz, Jerez y
Cáceres quedaron bajo el control de los sublevados. El día 19 otras zonas
pasaron al control de los golpistas: Pamplona, La Coruña, Oviedo, Granada,
Zaragoza, Huesca, Teruel.
La sublevación fracasó en la mayor parte de
Aragón, Asturias, Cantabria, Cataluña, País Vasco, Levante, Andalucía oriental,
parte de Extremadura, Castilla la Mancha y Madrid. El fracaso más grave se
produjo en Barcelona y Madrid. En Barcelona, la CNT movilizó a
los obreros y se hizo con armas para enfrentarse a los golpistas. El día 19 los
anarquistas, en colaboración con los Guardias de Asalto y la Guardia Civil,
rechazaron a los golpistas, que tuvieron que rendirse al presidente de la
Generalitat, Lluís Companys.
En Madrid, la entrega de armas a las
milicias obreras, integradas por socialistas y comunistas, y la acción de las
fuerzas leales al gobierno hicieron fracasar la sublevación. El día 20 tomaron
el Cuartel de la Montaña, lugar en el que se habían refugiado los rebeldes.
El día 21 la sublevación había triunfado en
29 capitales de provincias, mientras que 21 permanecían leales a la República.
Los sublevados controlaban dos amplias regiones, al sur y norte de la
Península, además del dominio del norte de África, Baleares y Canarias. Además,
controlan la frontera portuguesa, a través de la cual recibían ayuda.
En general, el golpe triunfó en función de
dos condiciones: la rapidez y la coordinación de sus protagonistas, y la
capacidad de reacción de las fuerzas populares. La falta de reacción del
gobierno en las primeras horas de la sublevación fue decisiva para su triunfo
en algunas ciudades, al igual que la negativa a entregar armas a la población.
También tuvo importancia la actitud de la Guardia Civil, que en algunas zonas
permaneció fiel al gobierno republicano y en otras se sumó a la sublevación.
b.
Los bandos
en conflicto
·
Zona
Republicana. La República controlaba
las regiones industriales: toda la siderurgia, la industria mecánica, la
textil, gran parte del hierro y del carbón. Además, contaba con reservas de
trigo en La Mancha y de arroz y cítricos en la región levantina. La República
tenía las reservas de oro del Banco de España. En cuanto a los efectivos
militares, la mitad de las unidades del ejército de tierra permanecía bajo el
control del gobierno republicano. Pero la gran mayoría de la oficialidad se
había sublevado y las unidades estaban desarticuladas, por lo que el gobierno
republicano tuvo que recomponer un ejército sobre la base de las milicias
obreras. La aviación permaneció leal al gobierno republicano, y en la armada,
la marinería también, mientras que los mandos se habían sublevado. Un
contingente destacado de las Fuerzas de Orden Público (Guardia Civil, Guardias
de Asalto y Carabineros) permaneció fiel a la República. Por último, tuvieron
un papel importante las milicias (civiles armados, a los que se unirán después
las Brigadas Internacionales). En cuanto a las fuerzas políticas
que apoyaron a la República nos encontramos los siguientes: moderados (como IR
y UR), obreros (PSOE, PCE, POUM, PSUC, etc.), fuerzas sindicales (CNT y UGT),
regionalistas (ORGA, ERC y PNV).
·
Zona Nacional (nacionales: es el término que se aplicó a los
que se habían sublevado contra el gobierno legítimo y democrático de la
República). Los nacionales dominaban las reservas de cereal y ganado de
Castilla-León y Galicia, además del carbón leonés y las minas de RioTinto. En
definitiva, controlaban las regiones de escaso desarrollo, de base agrícola y
dominadas por el caciquismo. En cuanto a los efectivos militares, el resto de
las fuerzas (la mitad del ejército de tierra y la mayoría de los mandos de los
tres cuerpos), más el ejército de África (Legión, Regulares y mercenarios
marroquíes) y casi la mitad de las Fuerzas de Orden Público. Las fuerzas
sociales o políticas que apoyaron a los sublevados fueron: FE y de la JONS (que
había aumentado notablemente sus efectivos desde 1936, cuyas milicias
contribuyeron notablemente al control de la zona nacional, organizando las
represalias en la retaguardia, además de constituir el embrión del partido
único de Franco), carlistas (tradicionalistas o requetés, pensando en la
posibilidad de una restauración monárquica de su línea dinástica), buena parte
de la Iglesia (que no considera este hecho como una guerra, sino como una
cruzada liberadora contra el mal: el Vaticano fue uno de los primeros estados
en reconocer al régimen y gobierno de Franco) y del mundo empresarial o
financiero (como Juan March y otros, que aportan dinero o movilizan las
instituciones de crédito internacionales), la aristocracia, la CEDA, los
monárquicos de Renovación Española, etc.
- Fases de la Guerra
El fracaso de la sublevación militar, tal y
como había sido concebida por los golpistas, condujo a la Guerra Civil, que se
prolongó hasta 1939. Podemos distinguir cuatro fases:
·
Primera Fase: julio de 1936-marzo de 1937.
En síntesis, las operaciones militares
consistieron en casi el mismo objetivo tanto para los nacionales como para los
republicanos: dominar la parte de España que no se había sumado a la
sublevación (en el primer caso), y defender esa misma zona (en el caso de los
republicanos), al tiempo que buscaban la derrota definitiva del enemigo. Los
hechos más importantes de esta fase fueron:
o
El paso del
Estrecho. Gracias al puente aéreo
establecido con los aviones cedidos por Alemania e Italia, el ejército de
Franco pudo cruzar el estrecho y llegar a Andalucía, ya que la Armada y Aviación fueron fieles a la
República.
o
Avance desde
Andalucía. Desde esta región se
dirigen hacia Extremadura (que tenía una gran importancia estratégica, pues
ayudaría a conectar con la zona Norte en poder de los nacionales) y Toledo
(donde resistía Moscardó). Se logró con facilidad debido a la
preparación de las tropas de África, sus expeditivos métodos de guerra y a la
falta de organización de las fuerzas obreras y ejército de la República. La
toma de Badajoz (14 de agosto) permitió enlazar las dos zonas del bando
sublevado. Tras su ocupación, se inició una durísima represión (se ejecutaron
entre 2000 y 4000 personas), provocando un escándalo internacional.
o
Ofensiva sobre
Madrid. Su conquista era esencial por
razones políticas, diplomáticas, económicas, propagandísticas y simbólicas.
Pero Madrid resiste, con el esfuerzo de sus vecinos, la llegada de las Brigadas
Internacionales y de material soviético. Tras el fracaso, Franco decide
realizar una serie de envolventes para aislarla (batallas de la Carretera de
la Coruña, del Jarama, de Guadalajara).
o
Frontera
francesa. Mola conquistó Irún,
controlando la frontera francesa y aislando el País Vasco.
o
Ofensiva
republicana contra Aragón y Mallorca.
Se llevan a cabo desde Cataluña. Pero fracasaron en ambos casos: en el primero,
por el comportamiento de la CNT-FAI (que ejecuta su pretendida revolución); en
el segundo, por la ayuda de la aviación alemana.
o
La caída de
Málaga. Se debió a su defensa
desorganizada y a la falta de apoyo naval, por lo que fue una presa fácil para
las tropas italianas, marroquíes y voluntarios españoles.
·
Segunda Fase: de abril a noviembre de 1937
Los republicanos realizaron dos importantes
ofensivas en Brunete (Madrid) y
Belchite (Aragón). Tenían como objetivo reducir la presión en el
frente norte, aunque los republicanos no consiguieron ventajas sustanciales.
Los nacionales liquidan el Frente Norte.
Las ciudades más importantes del Cantábrico (Bilbao, Santander, Gijón, etc.)
fueron cayendo en manos de los nacionales, hasta la conquista de los últimos
reductos republicanos. Estas ciudades no sólo eran importantes
estratégicamente, sino que su industria y minas ayudarían a Franco a pagar la
ayuda alemana y disponer de más fuerzas.
·
Tercera Fase: 1938
Es una etapa clave porque los nacionales
logran dividir el territorio controlado por los republicanos.
La ofensiva nacional hacia el Levante,
tomando Teruel y Castellón, permitió aislar a Cataluña del resto de la zona
republicana.
La Batalla del Ebro. El ejército
republicano lanzó la última gran ofensiva, para intentar salvar la situación
que ya había dado un vuelco fundamental a favor de los sublevados. Cruzan el
Ebro el 25 de julio y mantienen las posiciones entre el fuego intenso de las
tropas nacionales. Pero la destrucción de los puentes, la riada provocada por
la rotura de los embalses de la cuenca del Ebro, los sucesivos contraataques nacionales,
la retirada de los voluntarios de las Brigadas Internacionales y la
claudicación de Francia y Gran Bretaña ante Hitler (Pacto de Munich), el
cierre de la frontera francesa provocaron la retirada de las tropas
republicanas.
·
Cuarta Fase: de diciembre de 1938 hasta el 1 de abril de 1939
Definitiva, pues los nacionales ocupan
Cataluña y cae Madrid.
Tras la batalla del Ebro las tropas
nacionales avanzan sin excesiva oposición, entrando el 26 de enero de 1939 en
Barcelona. A pesar de los esfuerzos de Negrín para mantener una
resistencia a ultranza, el gobierno de Franco había sido reconocido por Francia
y Gran Bretaña; y, además, las fuerzas republicanas estaban ya divididas entre
los partidarios de resistir y los que creían que seguir con la guerra era una
acto de crueldad y preferían negociar. Franco rechazó la negociación y promulgó
una Ley de Responsabilidades Políticas, que establecía duras
condiciones a los que habían colaborado con la República. Soldados y civiles
cruzan la frontera y Francia les recluye en campos de refugiados. Ya sólo
quedaba parte del Centro y Sureste.
En Madrid, la República se derrumba con la
división entre comunistas (partidarios de la resistencia hasta el final) y las
fuerzas del coronel Casado (que deseaban la rendición, creyendo que
Franco negociaría con los militares). La flota republicana se rinde, y termina
la Guerra Civil oficialmente el 1 de abril de 1939.
3) LA DIMENSIÓN INTERNACIONAL DEL CONFLICTO.
La duración y el resultado del conflicto
dependieron de la intervención de las potencias extranjeras. Francia y Gran
Bretaña trataron de localizar y aislar el conflicto español, para evitar el la
extensión del conflicto a Europa, sin importarles abandonar un gobierno
legítimo (como era el republicano). En este sentido, Gran Bretaña no atendió
las peticiones de ayuda del gobierno republicano y Francia, que en el inicio de
la guerra suministro material bélico a la República, suspendió las
entregas por las presiones británicas y
el temor a un enfrentamiento con Italia y Alemania.,
La República sólo contó con la ayuda militar
de la Unión Soviética, que entendía la guerra española como una lucha contra el
fascismo. Méjico fue, sin embargo, el que primero sirvió un envío de ayuda,
ante la división pública y la presión de EEUU para que ésta no fuera mayor.
Los sublevados contaron con la ayuda militar
de la Italia fascista y la Alemania nazi. Hitler respondió inmediatamente a las
peticiones de Franco enviando material bélico y aviones, indispensables para el
transporte del ejército de África a la Península. Esta maniobra fue decisiva
para el desarrollo de la guerra. Posteriormente, los alemanes mandaron un
cuerpo de tropas de combate (la Legión Cóndor, responsable del bombardeo
de Guernica) y aviones. La Italia fascista también colaboró enviando
material bélico (aviones, tanques, munición, cañones), combustible y
voluntarios (alrededor de 50.000). Asimismo, el dictador portugués Salazar
mantuvo una estrecha colaboración con Franco, al deportar a los republicanos
que cruzaban la frontera y facilitar la ayuda de los sublevados a través de la
misma.
El 1 de agosto de 1936, los gobiernos
de Francia y Gran Bretaña propusieron al resto de los países un Acuerdo de
No Intervención en la guerra española, con objeto de evitar que no variasen
las relaciones internacionales. De los países mencionados anteriormente, Méjico
fue el único que no firmó; los demás se comprometieron a no enviar material
bélico a España, ni voluntarios. Esta política consideraba en plano de igualdad
a los dos contendientes, y de nada sirvieron las protestas de la España
republicana ante la Sociedad de Naciones. Es evidente que el pacto no fue
respetado por los firmantes, pues Alemania, Italia y Rusia ayudaron a los contendientes durante
toda la guerra. Estados Unidos siguió con su política de no intervención en los
asuntos de otros países. Fue rechazada la petición de ayuda del embajador
español y la pretensión de algunas empresas de remitir material al gobierno
republicano; sin embargo, los sublevados contaron con envíos de motores y
combustible de la Ford, General Motors y Texaco.
La ayuda de la URSS fue para la República la
más importante, y se hizo en forma de equipos y material, técnicos, aviones.
Esta ayuda se pagó al contado las reservas de oro y plata depositadas en el
Banco de España. La ayuda soviética fue importante porque evitó el hundimiento
del ejército republicano y reforzó la influencia de los comunistas españoles en
el gobierno republicano.
Sin embargo, entre los apoyos de la
República hay que destacar las Brigadas
Internacionales, organizadas en Francia desde 1936: estaban integradas por
voluntarios (unos 40.000) de más de 60 nacionalidades y con una ideología
diversa, pero convencidos de que apoyar a la República era combatir por la
libertad y contra el fascismo. Tuvieron que abandonar el país en diciembre
de 1938, ante las presiones el Comité de No Intervención y la
firma del Pacto de Munich.
La Guerra Civil se convirtió en la antesala
de la Segunda Guerra Mundial, en una confrontación de dos modelos sociales y
políticos.
4) LA EVOLUCIÓN POLITICA.
·
Zona
Republicana
El levantamiento militar provocó en la
zona republicana un profundo proceso revolucionario. El gobierno presidido
desde el 19 de julio de 1936 por José Giral, perteneciente a Izquierda
Republicana, fue incapaz de imponer su autoridad, porque en pueblos, ciudades y
provincias de la España republicana surgieron espontáneamente diferentes
comités revolucionarios populares, dirigidos por anarquistas, socialistas y
comunistas, que tomaron las decisiones políticas, económicas y militares.
Desde el principio, el bando republicano
careció de unidad política y las divisiones internas entre los distintos
partidos y sindicatos se acentuaron. En alguna ocasión, anarquistas y
comunistas llegaron incluso a enfrentarse con las armas (Barcelona, 1937). Los
anarquistas entendían que vencer la guerra y completar la revolución
económico-social eran procesos inseparables y paralelos. Por ello, impulsaron la
colectivización de la tierra, de forma que la comunidad local explotara los
campos repartiéndose los beneficios y excedentes agrarios de acuerdo con el
trabajo realizado por cada individuo y según sus necesidades familiares. En
Aragón, los cenetistas llegaron a colectivizar el 70% de las tierras, en Jaén
el 80%, etc. Además, muchas fábricas fueron socializadas pasando a ser
controladas por comités sindicales. Por el contrario, los socialistas y los
comunistas consideraban que el desarrollo de la revolución impedía una lucha
eficaz y preferían aplazar ese objetivo, pensando que el objetivo prioritario
era ganar la guerra.
Francisco Largo Caballero, que
presidía desde septiembre de 1936 un nuevo gobierno integrado por todas
las fuerzas del Frente Popular (socialistas, comunistas, republicanos,
anarquistas y nacionalistas vascos y
catalanes), intentó posponer las experiencias revolucionarias, frenar la
colectivización de los medios de producción, reforzar la disciplina militar y
concentrar todos los esfuerzos en vencer la guerra.
El Partido Comunista de España,
gracias al respaldo de la Unión Soviética, fue incrementando poco a poco su
influencia, situando a sus hombres en puestos claves e imponiendo sus
decisiones militares, ideológicas y políticas en la zona republicana. Esta
tendencia se acentuó con la llegada del socialista Juan Negrín a la
presidencia del gobierno, mayo de 1937, que compartía las tesis
comunistas de resistencia a ultranza, esperando que la guerra que amenazaba a
Europa hiciese cambiar la actitud de las democracias occidentales hacia la
República.
Sin duda alguna, la quiebra del poder
central gubernamental y la fragmentación política debilitaron al bando
republicano, convirtiéndose así en una de las causas de la derrota final. La
falta de unidad de mando impidió una dirección ordenada y eficiente tanto de
las operaciones militares, como del esfuerzo económico necesario para la
victoria.
·
Zona Nacional
El levantamiento se produjo sin que los
sublevados tuvieran claro un proyecto político definido para reemplazar las
instituciones republicanas. Entre ellos existía una amalgama de tendencias
políticas y sociales: monárquicos alfonsinos, carlistas, falangistas, cedistas,
militares. Después de la sublevación, los militares constituyeron en Burgos
una Junta de Defensa Nacional, que actuó como un poder soberano:
declaró el estado de guerra, coordinó las operaciones militares, asumió las
tareas de administración y las instituciones del Estado existentes en el
territorio y legisló en materia de educación, familia y dio los primeros pasos
para derogar las leyes republicanas. En lo económico trató de crear los
instrumentos necesarios para financiar la guerra y anular las expropiaciones,
devolviendo la tierra a sus antiguos propietarios. Sin embargo, los militares
pronto comprendieron la necesidad de unificar el mando de las tropas, de manera
que todo el poder quedara acumulado en un único jefe para garantizar así una
dirección estratégica más eficaz de las operaciones bélicas. En los primeros
momentos, la propaganda de los sublevados se esforzó en presentar la rebelión como un alzamiento
popular contra el marxismo, presentando al otro bando como antiespañol. En este
sentido, fue importantísima la actitud de la Iglesia católica que justificó el
golpe militar y calificó la guerra como una cruzada para salvar a España del
ateísmo. En septiembre del 36, la
necesidad de un mando único lleva a proclamar a Franco por encima de
otros generales mejor situados (Mola y Queipo de Llano) como Generalísimo
de todas las fuerzas nacionales y, el 1 de octubre de 1936, Jefe del
Gobierno Español con todos los poderes. Su primer acto de gobierno fue la
creación de la Junta Técnica de Estado, integrada por militares y
civiles, bajo su control. Sin embargo, era un Estado sin articulación política
e ideológica, algo de lo que se encargaría su cuñado, Ramón Serrano Súñer. Desmontar el sistema parlamentario
democrático constitucional derogando la legislación reformista republicana,
defender los intereses socioeconómicos de los sectores más conservadores y
construir las bases de un nuevo Estado fueron los objetivos inmediatos. El
primer paso fue integrar todas las fuerzas bajo la jefatura de Franco mediante
el Decreto de Unificación (19 de abril de 1937) que fusiona la FE y
de las JONS con los tradicionalistas (FET de las JONS), con Franco como
caudillo único, y en él se integraron los demás partidos del bando sublevado.
El objetivo básico de este partido era ayudar en la configuración del nuevo
Estado, definido como Movimiento Nacional.
El primer gobierno de Franco se formó en enero
de 1938. Este gobierno marca el inicio del nuevo Estado Nacional, con el
poder concentrado en su totalidad en manos de Franco, porque la Ley de la
Administración Central del Estado le otorgaba los poderes legislativo,
ejecutivo y judicial. Su labor legislativa hasta el final de la guerra se
resume en:
o
Ley de Prensa, que suponía la anulación de la libertad de expresión
y el establecimiento de una censura completa de cualquier tipo de publicación.
o
Fuero del
Trabajo, que eliminaba cualquier
sindicato ajeno al régimen y regulaba las relaciones laborales desde la tutela
del Estado.
o
Aprobación de una
legislación favorable a la Iglesia: retribución de los sacerdotes,
devolución de bienes, control de la educación, supresión de los matrimonios
civiles, del divorcio, etc.
o
Ley de
Responsabilidades Políticas (febrero de 1939), que perseguía a los enemigos del régimen. Se creaban Tribunales
integrados por juristas, militares y falangistas, que realizarían la durísima
represión que caracterizó la posguerra.
5) CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
·
Consecuencias
demográficas. Es uno de los
aspectos más controvertidos entre los historiadores. Las cifras son muy
diversas, tanto por la dificultad que supone medir la mortandad de una guerra,
como por el hecho de que se incluyan o no las muertes indirectas, causadas por
el hambre, la represión de la posguerra, la alteración de la natalidad, etc. Si
contamos las muertes ocasionadas por la guerra (fallecidos en combate, por
enfermedad o malnutrición), por la represión posterior y los exiliados, las
pérdidas demográficas superan el millón de habitantes. A ello, se añaden las
consecuencias de la caída de la natalidad producida durante la guerra, así como
el hecho de que la mortalidad se centró principalmente en la población joven y
activa.
·
Consecuencias
sociales. Una de las más importantes
fue la represión. Se calcula que murieron 120.000 personas, víctimas de la
represión. En la zona sublevada, ésta fue institucional y sirvió para vencer la
resistencia de la población mediante el terror. En la zona republicana fue una
acción revolucionaria incontrolada, aprovechando el vacío de poder y la
impunidad. Es notorio el hecho de que las autoridades republicanas intentaran
frenar las detenciones y los asesinatos arbitrarios de los comités
revolucionarios, encauzándolo a través de Tribunales Populares. El método
represivo más común fue llamado el “paseo”, práctica que los dos bandos llevaron a
cabo como forma de escarmiento para aterrorizar a la población. Otra fueron las
depuraciones: expulsión del empleo de aquellos funcionarios públicos que
hubiesen permanecido fieles a la Republica o de aquellos que no se hubiesen
mostrado ardientes defensores del nuevo régimen. Sus puestos fueron ocupados
por aquellos que habían combatido en el ejército nacional. Por último, el
exilio que privó al país de un grupo muy importante de profesionales altamente
cualificados: médicos, profesores, abobados, científicos, etc. Los principales
países de acogida fueron Francia, Méjico y Rusia.
·
Consecuencias
económicas. La producción de la
economía española descendió en todos los sectores de manera muy acusada. La
agricultura se redujo en un 20%, y la cabaña ganadera en cantidades que oscilan
entre un tercio (vacuna y lanar) y la mitad (porcina). Esta reducción sometió a
la población española de la posguerra al hambre y al racionamiento de los
alimentos. La producción industrial se redujo en un 30%; su recuperación fue
lenta y difícil, tanto por impedirlo la II Guerra Mundial como por el
aislamiento a que fue sometido el régimen al finalizar ésta. Las comunicaciones
fueron gravemente dañadas; la marina mercante perdió un tercio del tonelaje;
los ferrocarriles, un 40% de locomotoras y vagones; los transportes por
carretera, un 70%; los daños en las infraestructuras ferroviarias y de la red
de carreteras fueron muy importantes. Una consecuencia de las pérdidas en el
sector productivo fue el descenso de la renta nacional un 30%; hasta el año
1959 no se recuperó el nivel de renta anterior al de la guerra. En cuanto al
bienestar social, se ha de destacar la destrucción de viviendas (500.000 total
o parcialmente); doscientas localidades sufrieron destrucciones superiores al
60%, etc. Los gastos de guerra se estiman en el equivalente a 6 billones de
pesetas de 1995. La carencia de oro en el Banco de España, es decir, la falta
de divisas dificultó, unido a otros factores como la guerra mundial, la
autarquía del régimen, etc, la reconstrucción del país.
·
Consecuencias
morales. La guerra dejó marcadas a varias generaciones
por el trauma del sufrimiento durante los años del conflicto, la represión
posterior y la imposición de los valores de los vencedores. Durante muchos
años, se prolongaron la división y el enfrentamiento entre los españoles.
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